Reconozco
que yo soy de los que sienten fobia por las manifestaciones. Hasta el punto de
que no recuerdo haber estado nunca en una cita semejante. Hoy, sin embargo, he acudido presto a esa
reunión pública, a la que los ciudadanos asistieron a cientos, en la avenida Antonio López
Sánchez-Prado, para protestar enérgicamente contra el caos imperante en la
frontera. El cual está minando con celeridad el tejido empresarial. Y debo
proclamar el éxito de la concentración.
Los
congregados frente al edificio municipal han abucheado e increpado al ministro de Justicia, Rafael Catalá, llegado a Ceuta para la inauguración de las VIII Jornadas Jurídicas. El ministro, durante una reunión con empresarios designados al efecto, les ha prometido que será portavoz de sus reivindicaciones en el Ministerio del Interior y en el de Asuntos Exteriores.
Al frente de la comitiva de empresarios estaba José Bentolila. Ni que decir tiene que su presencia ha sorprendido a propios y extraños. Lo cual es lógico. Porque los Bentolila son reacios a las ostentaciones. Ellos son hombres de negocios en una tierra donde el comercio es parte fundamental. Y, claro, ante el desastre que se viene produciendo diariamente en la frontera, JB no ha tenido más remedio que decir aquí estoy yo.
Al frente de la comitiva de empresarios estaba José Bentolila. Ni que decir tiene que su presencia ha sorprendido a propios y extraños. Lo cual es lógico. Porque los Bentolila son reacios a las ostentaciones. Ellos son hombres de negocios en una tierra donde el comercio es parte fundamental. Y, claro, ante el desastre que se viene produciendo diariamente en la frontera, JB no ha tenido más remedio que decir aquí estoy yo.
José Bentolila ha dado ese paso adelante, créanme, porque
así se lo han pedido todos los comerciantes de esta ciudad. Y su actuación,
sobria de palabras y de ademanes, ha calado hondo no sólo entre los manifestantes del gremio
sino, también, en muchísimos ceutíes. Quienes desconocían de qué manera era capaz de mostrarse este gran empresario.
Vayamos
al grano. Como corresponde al asunto del cual se trata: los empresarios
de Ceuta desean soluciones para que el
comercio fronterizo no sufra tan grande deterioro como se viene produciendo
últimamente. Y que éstas se lleven a
cabo en el menor tiempo posible. Destacan, de entre ellas, el inmediato
funcionamiento de los seis carriles de la frontera. La apertura del paso fronterizo
de Benzú, y la lucha contra los empresarios ‘fantasmas’.
Tampoco creo que deba echarse en saco roto el siguiente comentario hecho por José Bentolila: ¿Cuesta mucho trabajo darse una vuelta por el otro lado de la frontera para charlar con algunas autoridades marroquíes, mientras se degusta un té o un café? Le ha faltado a don José Bentolila, José para sus amigos, acabar su prédica de tal guisa:
Los gobernantes son prisioneros en un cerco tranquilizador de asesores que a menudo ignoran la realidad cotidiana de sus conciudadanos.
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