Desde
hace ya muchos días, casi desde que se supo qué equipos jugarían la Final Champions 2017, los periódicos
deportivos, especialmente los de tirada nacional con base en Madrid, se vienen
dedicando única y exclusivamente a
inculcarnos que tan importantísimo encuentro tiene como figura principalísima
a Francisco Román Alarcón Suárez,
conocido artísticamente como Isco
Alarcón o simplemente Isco.
Para
tal menester, los gacetilleros de la cosa no han cesado aún, y lo que te
rondaré, morena, de relatarnos la belleza de su juego, la calidad de sus pases,
sus indescriptibles regates, sus fintas majestuosas y, naturalmente, las
ruletas preñadas de barroquismo… Los hay que han llegado a decirnos que las últimas
actuaciones de Isco serán recordadas
eternamente. Y, por si fuera, poco se han echado a la calle, micrófono en
ristre, para que les sean confirmadas sus opiniones interesadas.
Los
gacetilleros de la cosa nos comunican días
tras días de qué manera las encuestas que se vienen haciendo confirman el siguiente parecer: Isco debe ser titular en Cardiff por encima de todo. Ya
no les basta con despreciar a James, ni a Marco Asensio, no; ahora se trata
además de hacerle decir a Bale que él no está ni en condiciones físicas ni síquicas para jugar esa final en su país.
Declaraciones
que se ha visto obligado a hacer el galés para evitar que los
escribidores del asunto no lo pongan
como chupa de dómine. Porque, de haber
dicho que se encontraba perfectamente para ayudar a su equipo, a
estas horas estaría Gareth Bale padeciendo condena pública. Es decir, puesto en la
picota.
Semejante
propaganda, bochornosa en todos los aspectos por carecer del sentido de la medida,
no sólo es perjudicial para Isco Alarcón sino también para el Madrid. El juego de Isco
es florido, sin duda; barroco por excelencia y a veces, acorde con el
desarrollo del partido, le puede venir bien a su equipo. Pero de ahí a convertirlo en una figura indiscutible del
Madrid, por haber tenido algunos aciertos en el tramo final de La Liga
Santander, me parece una sinrazón que, en ocasiones, es incluso proclive al cachondeo.
Los
italianos, siempre amantes de la eficacia en el fútbol, seguramente estarán
invocando a todos sus santos para que sea verdad que Bale no está en las
mejores condiciones y así Zidane opte por prescindir del futbolista galés. Si ello sucede, ojalá -dado que quien escribe es madridista desde que vestía pantalones cortos-
que Isco juegue un partido inconmensurable. Colosal. Y yo sería el primero en deshacerme
en elogios hacia él. Pero mucho me temo que ‘la Juve’, como asimismo lo fue el
Bayern de Münich o incluso el Atlético de Madrid, no le permitirá al malagueño que se
comporte como en Gijón, Coruña y Málaga.
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