El 12
de Octubre es una fiesta nacional de gran tradición: durante muchos años no
solo se celebraba la Virgen del Pilar sino que se conmemoraba el descubrimiento
de América. Históricamente era una fecha muy unida al fútbol de la selección
nacional. Así que yo pude ver en 1988 un partido España-Argentina en Sevilla.
El resultado fue empate a uno: goles marcados por Butragueño y Caniggia.
Siendo Maradona la figura sobre la
que giraba todo el espectáculo en la capital hispalense.
La
selección española estaba concentrada en el Hotel Oromana (Alcalá de Guadaira). Y hasta allí
fuimos Juan Vivas y yo a saludar a Miguel Muñoz y a Mariano Moreno, su segundo,
y a fe que pasamos un rato muy agradable. También compartimos vivencias con los
seleccionados argentinos, que se hospedaban con nosotros en el Hotel Los
Lebreros. Y hasta logré, por medio de Antonio
Betancort, tan gran portero como amigo, que Rafael Peña pudiera entrevistar a un Maradona
siempre dispuesto a pegar la hebra.
Juan Vivas y yo aprovechamos la ocasión para tomar el aperitivo con Luis Cuervas Vilches,
presidente del Sevilla, y Xabier
Azkargorta, entrenador. También recuerdo la visita que nos hizo Nicolás Fernández Cucurull. Quien,
entonces, estudiaba en Sevilla y tenía depositada toda su confianza en el
funcionario Vivas. El cual manejaba
los hilos del Ayuntamiento a su medida.
Nicolás
miraba ya a JV como la persona
destinada a facilitarle su entrada en el mundo del trabajo. Y así
fue. Nicolás dio sus primeros pasos
en el mundo laboral gracias a un funcionario que ya daba pruebas evidentes de
poder abrirse camino en la vida política. Y de qué manera… Lo avalan 15 años
como presidente de la Ciudad y hasta puede que vuelva a ganar, si decide presentarse
en las próximas elecciones. Que lo hará.
Pues
bien, al margen de todas las ayudas y consejos recibidos por Juan Vivas, Nicolás Fernández Cucurull ha conseguido, amén de haber ocupado otros cargos, ser Delegado del Gobierno
-de Ceuta- por la influencia de nuestro alcalde. Lo cual no creo que sea
moco de pavo para nadie. Y mucho menos para una persona nacida en esta Ciudad.
Por lo que en la calle hay muchas personas que no entienden cómo es posible que el
Delegado del Gobierno no sea capaz de luchar denodadamente por poner fin al
desastre que se viene produciendo en el Tarajal. Y hasta los hay que lo achacan a que siente
animadversión hacia quien tanto ha venido haciendo por él. Creo que el Delegado
del Gobierno debería tomar nota de lo que se rumorea.
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