Me
llama un amigo madridista, de los que viven intensamente los partidos de su
equipo, y me dice que, a pesar de la victoria del Madrid en el Allianz Arena, está atacado de los
nervios. Y, antes de preguntarle el porqué de semejante estado, confiesa que se debe a que el partido se
juega el martes. Y, dado que es
supersticioso, le da mala espina.
Sus
palabras me causan tanta risa como cabreo produce en él. Y su respuesta no se
hace esperar: “El martes siempre ha sido considerado un día fatídico. Los romanos
dedicaban este día al dios Marte, divinidad de la guerra, y creían en la
influencia de este dios sobre todas las cosas hechas durante el día”.
De
acuerdo, amigo, pero lo que tú cuentas no deja de ser nada más que un refrán.
Cuyo epígrafe es el siguiente: Para un hombre desgraciado, todos los días
son martes. Trasladado al Madrid, sin embargo, no se puede alegar que sea un equipo castigado por
la mala suerte, hasta el extremo de haberse podido ganar el sobrenombre de El Pupas. Suerte, todo hay que decirlo, sustentada por
contar casi siempre con mejores plantillas que sus adversarios.
Mi
amigo, ante mi contestación, cambia de
tercio. Y lo hace preguntándome si Zinedine
Zidane acertará con la alineación,
en un momento donde lo están presionando desde todos los ángulos para que diga,
de una vez por todas, si jugará mañana Isco
Alarcón: convertido éste en estrella
rutilante de nuestro fútbol, gracias a su buen partido en El Molinón.
Cierto
es, como bien tú dices, que ZZ está
siendo forzado a que diga si Isco estará en la alineación inicial. Lo cual no deja de ser, por parte de quienes preguntan, una imposición
en toda regla. Menos mal que el entrenador del Madrid suele salir airoso en
tales situaciones, echando mano de su tan socorrida cachaza; festoneada por una
sonrisa que fortalece su encanto. El carisma sólo lo tiene Dios.
Pero el
entrenador del Madrid sabe perfectamente que se enfrenta a una situación
comprometida. Máxime cuando hasta el presidente, en un momento de euforia, en
vista de la importancia que tenían los tres puntos logrados en Gijón, puso a Isco en los cuernos de la luna. ZZ
acabará, por tanto, dándole la titularidad al malagueño, gracias a la
baja de Bale. A quien están
vapuleando injustamente, aprovechándose de las circunstancias.
Tampoco
es menos cierto que, de no hacerlo, ZZ
estaría enviando un mensaje a quienes dicen que en todo momento trata de
contentar a todo el mundo. Y, por encima de todo, un aviso a navegantes: aquí
soy yo quien ordeno y mando. Ante este
dilema, y dada las características del
rival, lo mejor sería situar a Isco
por detrás de los dos delanteros: Cristiano y Benzema. Y jamás por un costado. De
cualquier manera, Zidane está dando
muestras visibles de saber regatear a quienes tratan de imponerle la alineación del jugador nacido en Arroyo de la Miel.
Frase
Que Dios reparta suerte, pero que ésta le toque al Madrid.
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