Muchas
han sido las veces que yo he dicho ser asiduo lector de Gente del Puerto.
Habitantes de El Puerto de Santa María. Página web extraordinaria, cuya lectura
me llena de satisfacción y me mantiene siempre avivados los recuerdos de mi
tierra. Hoy, precisamente, he vuelto a
leer lo escrito por Carlos V. Serrano
–tan buen aficionado al toro como al fútbol- sobre José Antonio Morante de la Puebla en el 2008. Así que he decidido
copiar este párrafo acerca de la torería del diestro sevillano.
Dice mi
paisano: “Lo que hay que hacer, en verdad, es dejarse de comparaciones y
dedicarse a verlo para sentir el ensueño
de algo diferente, viviendo la realidad de que una verónica, solo una,
merece pagar la entrada. A un acto de ensueño, de misticismo puro y, por qué
no, de romanticismo, es inmoral ponerle precio y de ingenuo pensar que puede
pagarse”. En Morante, insiste mi admirado paisano, se funde personalidad, arte,
genio y sensibilidades.
A mí
también me levanta el ánimo una verónica del diestro de La Puebla. Porque no
deja de ser una acción fugaz, armónica y preñada de embrujo. Pero aun así, no me resulta suficiente para
entrar a formar parte de la cofradía de los diferentes. Seres excepcionales que
asumen lo que piensa su torero: Siempre pongo el buen gusto como pretexto para
despreciar a los toros que me
desagradan. Que no son pocos, desgraciadamente.
Debido
a que Carlos V. Serrano fue un
magnífico dirigente del fútbol base en los 70, me imagino que también se beberá los vientos por el fútbol-arte. Y tengo el convencimiento de que, sea o no sea del Madrid, estará celebrando la
actuación de Isco en Gijón. Y hasta
juraría que, si alguien le pone alguna pega a su distinguido entusiasmo, no
dudará en responder: Lo hecho por Isco en El Molinón le vale para sestear cuando lo crea conveniente.
Las
portadas de todos los periódicos destacan hoy la magnífica actuación de Isco en Asturias. Críticas tan laudables como
merecidas. Aunque conviene no echar en saco roto lo siguiente: Una golondrina no hace verano. Y hay más: el jugador malagueño sigue siendo
rentable cuando se le sitúa como media punta. En cualquier otra posición, amén
de no rendir lo suficiente, entorpece las acciones de sus compañeros de línea.
Debido a que basa su juego en acaparar el balón, además de darle rienda suelta a su barroquismo futbolístico. Detalles que han de tenerse en cuenta.
Lo que
no es de recibo, por mucho que yo respete las opiniones de los distinguidos, es
que éstos proclamen, a voz en cuello, que Bale
no deja de ser un tuercebotas si se le compara con el jugador nacido en Arroyo
de la Miel. En fin, que el ser humano pretende distinguirse. Y es bueno que
seamos diferentes. Puesto que si todos fuésemos iguales, todos seríamos peores.
¡Ah!,
un abrazo a Carlos V. Serrano, a
quien hace muchos años que no veo, y pedirle las consiguientes disculpas por
haber aprovechado un escrito suyo para hacer una opinión basada en el
paralelismo de dos artistas: Morante e
Isco. Gracias, por tanto, a mi paisano.
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