Juan Vivas será refrendado el sábado como presidente
del PP en el XII Congreso que celebra el partido y en el que estará presente el
portavoz en la Cámara Baja Rafael
Hernando. Tras leer la noticia en Ceuta
Actualidad quedo informado de que la última vez que trataron de disputarle
el puesto fue en 2007. Y si no es así que alguien me corrija. El
caso es que Vivas lleva ya la
friolera de 16 años como alcalde. Y lo que te rondaré, morena.
Así que
he decido echar la vista atrás y sintetizar en la medida de lo posible mis
relaciones con un tipo inteligente desde que en 1983 tuve la oportunidad de
dialogar con él por primera vez. Cierto es que yo ya había oído hablar mucho de
Juan Vivas, pero nunca hasta que nos
vimos en el Estadio Ramón de Carranza
habíamos cruzado palabra alguna. Lo cual ocurrió durante el descanso del
partido Cádiz-Agrupación Deportiva Ceuta.
Encuentro correspondiente a la Copa del Rey. Desgraciadamente, el equipo ceutí encajó nueve goles.
Juan Vivas se acercó a mí y, tras los saludos de rigor,
me ofreció la oportunidad de regresar a Ceuta para sustituir a Manuel Polinario Muñoz, Poli,
como entrenador. Al día siguiente, llegamos a un acuerdo y yo confié ciegamente
en sus palabras. Mi regreso al club fue tan esperado como exitoso al principio.
Pero por encima de Vivas había un
individuo de carácter atrabiliario y principiaron las desavenencias. Así que
pronto se produjo el desencuentro.
En
1987, debido a que las relaciones entre Vivas y servidor estaban restablecidas, me fue posible estar tres años como
director de la Escuela de Fútbol y supervisor del Instituto Municipal de
Deportes. De modo que se me presentó la oportunidad de conocer aún más al
funcionario que ya daba muestras palmarias de tener cualidades suficientes para
convertirse en un político importante. Pero tampoco funcionó el tándem.
Segundo
desencuentro que originó recelos por mi parte, sin caer en la cuenta de que existían individuos dispuestos a romper cualquier principio de
entendimiento entre Vivas y yo. Así que no tuve el menor inconveniente en
sacrificarme para no causarle problemas ni a él ni a Fructuoso Miaja; alcalde a la sazón. Mentiría si no dijera que mi amistad con Vivas quedó
debilitada y por tanto expuesta a las inclemencias de la intemperie.
Pasaría
un tiempo, mucho tiempo, antes de volver a dirigirnos la palabra. Entretanto, Juan Vivas acabó siendo Jefe del Gabinete Técnico del entonces delegado
del Gobierno, Luis Vicente Moro, y secretario general del
Partido Popular. Y ya se veía venir lo augurado en su momento por Eduardo Hernández Lobillo: Juan Vivas será el político más importante de esta
tierra. Y así fue a partir del 2001.
Como
alcalde compartí momentos agradables con él: disfruté viéndole actuar como
conferenciante en el Club Antares
sevillano, en noviembre de 2005. Discurseó en una sala abarrotada y ante un
público exigente. Y lo hizo de manera impecable. Yo sigo convencido de que fue
ahí donde Javier Arenas se dejó
llevar por la muleta plana y templada de Vivas
convertida en verbo.
A
partir de entonces, y dado que todos tenemos intereses que defender, y sobre
todo porque la política es el arte de impedir que la gente se meta en lo que sí
le importa, volvimos a distanciarnos. Lo
cual no es óbice para que yo siga convencido de que Juan Vivas volverá a ganar las próximas elecciones. Aunque para
lograrlo se verá obligado a mejorar el Partido Popular de Ceuta en todos los
aspectos. Y cuanto antes mejor.
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