Ver la
fotografía de Jesús Fortes charlando
distendidamente con Juan Vivas antes de comenzar el último pleno celebrado -hecho nada
raro o extraordinario, pero siempre conveniente entre quien fue alcalde y el
actual-, ha vuelto a agitar los recuerdos acumulados en mi memoria,
pertenecientes a una época en la cual Antonio
Sampietro llegó a esta ciudad para tratar de remediar todos los males que se
le achacaban a JF.
A Fortes le montaron una campaña
tremendista. De la noche a la mañana, comenzaron a hacer tiras de él y cuando
quiso darse cuenta lo tenían troceado y sambenitado. Uno recuerda perfectamente
los nombres de quienes no cesaban de ponerlo a los pies de los caballos. Llegó
un momento en el cual parecía que todos los males de Ceuta se debían a la inconsciencia
del alcalde salido de las filas del Partido Popular. No había nadie capaz de
apiadarse de él. Lo único que no decían, o yo no tuve la oportunidad de oírlo,
era Jesús al paredón.
Fue
entonces, y tras ir observando a quienes no dudaban en adjudicarle
comportamientos terribles o desagradables, cuando yo sentí la necesidad de
salir en su defensa y hasta frecuentarlo como nunca antes lo había hecho.
Olvidándome incluso de que él jamás me había profesado el menor asomo de
simpatía. Algo lógico cuando los políticos no son capaces de domeñar la
voluntad de quien escribe.
Lo
curioso del caso es que los peores enemigos de Jesús Fortes, cuyos nombres aún permanecen intactos en la alacena
de mi memoria, salieron del grupo amamantado por su poder como primera autoridad de la Ciudad. Gente presta siempre a
disfrutar de canonjías y a viajar a costa del erario público. Eran ellos
periodistas de chicha y nabo y algún que otro sinvergüenza. Eso sí, bajo la
mirada atenta y complaciente de ciertos barandas populares que, con tal de
fagocitar a JF, veían con buenos
ojos que el GIL ganara las
elecciones.
Un
cargo muy principal del PP, que ya no lo es ni lo volverá a ser jamás, durante
la noche electoral en la que el GIL
arrasaba, dijo textualmente: “Al GIL se le podrá destrozar antes o después.
Pero Fortes es un peligro con el
cual hay que acabar con celeridad”. Yo tuve la oportunidad de estar presente
cuando el personaje al que me refiero se
fue de la mui sin ningún tipo de reparo.
Saco a
colación este asunto, a pesar de estar ya tan distante en el tiempo, porque me
ha parecido atisbar en la fotografía
publicada, donde Juan Vivas y Jesús Fortes charlan animadamente, un
gesto de buena voluntad por parte de ambos para limar asperezas recientes. Las
cuales no conducen a nada. Y mucho menos entre compañeros de partido que nunca
rehusaron compartir tanto afinidades como cargos.
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