El
Madrid ha vuelto a ser hoy un equipo carente de organización y por tanto una
vez más ha demostrado la fragilidad defensiva que padece y de la cual hubiera
podido aprovecharse el Betis si Mateu
Lahoz hubiese expulsado a Keylor
Navas cuando derribó a Brasanac
en el minuto 21. Luego llegó el gol de Sanabria
tras un fallo clamoroso del guardameta costarricense. Y a partir de ahí el
conjunto verdiblanco les metió el miedo en el cuerpo a los madridistas. Menos
mal que el remate de cabeza de Cristiano
a centro de Marcelo, minutos antes
del descanso, aclaró en parte un panorama que se vislumbraba más negro que el
carbón.
El Madrid había salido poniendo cerco a la portería de Adán, pero poco a poco los visitantes se fueron adueñando del centro del campo y por tanto comenzaron a crear peligro. El dominio del Betis se debía en gran medida a la anarquía existente entre los jugadores madridistas. Nadie se sacrifica en los marcajes y cada cual hace la guerra por su cuenta. Daba pena ver a Morata, Cristiano, James e Isco perder el balón y quedarse mirando cómo sus rivales salían disparados hacia la portería defendida por Navas.
Así que Modric y Kroos se veían una y otra vez obligados a cubrir grandes espacios, máxime cuando Carvajal y Marcelo han dado en la manía de actuar al ataque por sistema. El problema del Madrid seguirá acrecentándose si Zidane no decide implantar un sistema donde todos sus jugadores se sacrifiquen en todos los sentidos. Algo que lo veo complicado. Pues yo tengo la impresión de que el entrenador del Madrid se muestra incapaz de imponer remedios que sí le corresponden a él: la disciplina en los marcajes. Los repliegues. Las ayudas. Las coberturas.
La suerte del Madrid es que enfrente no ha tenido hoy a un equipo de los grandes. Por más que el Betis haya causado una magnífica impresión a pesar de su modestia y de haber jugado muchos minutos con diez jugadores. De haber sido así, tal vez estaríamos hablando de una derrota sonada. Los hay que proclaman a voz en cuello que los equipos como el Madrid han de defenderse de sus rivales manteniendo la posesión del balón. Muy bien. Pero qué han de hacer sus jugadores cuando el esférico esté en el otro lado. Quedarse mirando a las musarañas.
Horrible partido del Madrid. Y lo peor de todo es que las crónicas del mismo estarán basadas en ese instante en el cual Sergio Ramos consigue otro gol decisivo en el minuto ochenta. Pasando por alto sus pifias como defensa, sus cambios de orientación sin tino ni sentido. Y sobre todo su incapacidad, a pesar de que se le considera un hombre de carácter, para impedir que muchos de sus compañeros actúen a su aire. El Madrid como bloque da grima. Lo cual es una pena.
Frase
El entrenador ha de saber por qué gana y por qué pierde. ¿Lo sabrá Zidane?
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Comenta mis escritos ,pero desde el respeto.
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.