Alfonso Conejo
Coincido
de mañana con él en el Paseo de la Marina y lo primero que me pregunta es mi
parecer sobre el juego actual del Madrid. Y mi contestación es la siguiente: su
rendimiento ha ido a menos a medida que sus carencias y defectos han ido
aumentando. No se trata, como dice su entrenador, una y otra vez, de falta de
intensidad sino de orden. Y es tan evidente su indisciplina táctica como para
culpar en gran medida a Zinedine Zidane
por no ser capaz de cortar de raíz la desorganización que impera en el equipo.
Anarquía que el Madrid puede pagar muy cara si el francés no decide tomar
las medidas oportunas.
Zinedine Zidane
Su
manera de actuar me permite volver a recordar lo que decía Johan Cruyff en relación con los entrenadores y que antes que él ya
lo habían aireado técnicos más modestos pero de mucha experiencia en los
banquillos. “Hay tres clases de entrenadores: los que ganan y pierden un
partido sin saber por qué; los que ganan y pierden un partido y saben por qué;
y los que ganan y pierden un partido y no sólo saben por qué sino que tienen la
solución para seguir ganando o evitar seguir perdiendo”. Zidane, de momento, forma parte del escalafón de los primeros.
Luis Enrique
A mí, créanme, no me extraña que haya anunciado que dejará de ser entrenador del Barcelona al final de la temporada. Lo cual demuestra que sabe sobradamente lo que se trae entre manos y por tanto no está dispuesto a pasar por el mal trago de tener que prescindir muy pronto de jugadores considerados estrellas. Máxime sabiendo que sus hipotéticos relevos siguen sin ganarse el fervor de los aficionados y actúan a veces como si fueran meritorios en vez de estrellas firmadas a golpe de talonario. Rakitic, Gomes, Arda Turan… Y sobre todo es consciente de que el sistema de juego del Barça, es decir el famoso tiki-taka, es cada vez menos útil. Y algo muy principal: el técnico asturiano, debido a su fuerte carácter, no desea seguir viviendo bajo la férula de Lionel Messi.
Ramos y Marcelo
Nunca me cansaré de decir que ambos forman parte fundamental del deterioro defensivo que nos ofrece su equipo todos los días y fiestas de guardar. El primero no ceja en su empeño de jugar atropelladamente en una zona en la cual los errores se pagan muy caros. Ayer, como otros muchos días, su desorientación era evidente. El penalti cometido por el de Camas lo dejó retratado. El segundo juega tan a su aire que, cuando su equipo es atacado, él aún está merodeando por el campo contrario. Cuán bien le haría a Marcelo que su entrenador le dijera lo que al parecer le dijo Mourinho a Özil: “Deje de deleitarse con filigranas y sacrifíquese más por el equipo”.
Mohammed Ali Amar Nayim
Rara es la semana en la cual yo no coincido con Nayim, su nombre artístico, porque artista era manejando el balón, y charlamos de fútbol hasta que cualquier circunstancia ajena a nuestra voluntad nos hace cambiar de tercio. El martes pasado le pregunté por la AD Ceuta FC. Y me habló de las posibilidades reales del equipo y de dos jugadores en los que tiene depositadas mucha confianza. Nayim, cuya practicidad como técnico es manifiesta, me puso al tanto de lo que le piden al entrenador Juan Ramón Martín, desde el mes de diciembre. Por cierto, el técnico astigitano se ha ganado a la afición en esta su segunda etapa como entrenador del primer equipo local.
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