El domingo acudí presto a la salita de estar y me senté ante el televisor para ver el Valencia-Athletic de Bilbao a fin de comprobar en qué condiciones estaba el equipo local, debido a que éste jugará el miércoles frente al Madrid un partido que fue aplazado por coincidir con el Mundial de Clubes. Y pude comprobar la mejoría del equipo valenciano ante un Athletic cansado, repleto de suplentes y que jugó con diez durante muchos minutos del encuentro. Luego la recuperación del conjunto che ha principiado. Aunque lo prudente es decir que ha comenzado a dar sus primeros pasos después de haber estado en la UCI futbolística. Si bien no debería el Madrid dejarse sorprender por el buen hacer de Enzo Pérez como escudo de su defensa, enlace con Dani Parejo y, por supuesto, de la relación de éste con Orellana. Y sobre todo de la peligrosidad de Munir. Por tanto, le corresponde a Zidane aleccionar a Marcelo al respecto. Y si a lo dicho se le suma que Mestalla es un escenario inhóspito para los madridistas, hasta el punto de que el Barcelona sueña ya con una derrota merengue, no cabe duda de que los valencianos harán sudar tinta a un Madrid necesitado de los tres puntos para que cunda el desánimo entre sus perseguidores.
Barcelona-Leganés
Desanimado, y no es para menos, después de la goleada encajada en París, se mostró el equipo azulgrana en su partido con el Leganés. La forma de moverse sus jugadores sobre el césped era fiel reflejo del mal estado anímico que anidaba en todos ellos. Ni el gol de Messi -en el minuto tres- sirvió para ahuyentar la terrible pesadumbre de los futbolistas blaugrana. Y, claro, el juego era desastroso. Los jugadores del Leganés, a pesar de su modestia, entendieron bien pronto que estaban ante una ocasión pintiparada para hacer historia. Y a fe que disfrutaron de suficientes oportunidades para haber marcado varios goles. Pero entre sus desaciertos en momentos claves y las paradas de Ter Stegen, todo acabó para los madrileños en agua de borrajas. Los problemas del Barcelona son graves. Y tienen difícil solución. Me explico: el juego de Busquets está ya desfasado, por más que todavía siga siendo idolatrado. Y otro tanto podrá ocurrirle a Iniesta ya mismo. Luis Enrique lo sabe y está tratando por todos los medios de construir un nuevo medio campo con André Gomes, Rakitic y Rafinha. Pero todos ellos han perdido ya parte de su personalidad futbolística. Ahí está el caso de Arda Turan. Jugador extraordinario. El gran problema del Barcelona -bendito problema hasta ahora- es que depende de Messi hasta extremos insospechados. Y éste decide asociarse con quien le da la real gana. Es posible, si el Barcelona no pone remedio a sus males, que Luis Enrique tome la decisión de situar a Mascherano en el centro del centro del campo. Y me da a mí en las pituitarias que hasta Messi vería con buenos ojos semejante decisión.
La plantilla del Madrid
Hace dos años escribí acerca de la extraordinaria que era la plantilla del Madrid. Y lo he seguido manteniendo. Tan extraordinaria como para poder jugar bajo la influencia de cualquier sistema táctico: ora un 4-4-2, ora un 4-3-3, ora un 3-1-3-3´, y así podría ir reseñando dibujos con diversas variantes. Cuánto darían los mejores equipos del mundo por disponer de futbolistas capaces de actuar como extremos -con regate, velocidad, centro y gol; además de voluntad, espíritu de sacrificio y condición física- para ayudar a todas las líneas de su equipo. El regreso de Bale y el permanente estado óptimo que mantiene Lucas Vázquez invitan a pensar en lo mejor para el equipo. Y qué decir de los componentes del medio campo. En esa demarcación hay seis futbolistas atiborrados de calidad y muy conocedores ya de lo que significa jugar en el Madrid. Tampoco los delanteros escasean... Y no estoy de bromas. Así que todo se reduce al acierto del entrenador a la hora de elegir a los mejores jugadores o, mejor dicho, a los más idóneos para cada momento. Ahí está el busilis. Aun así, el Madrid necesita hacerse muy pronto con lo servicios de un central zurdo, o que maneje bien la pierna izquierda; y un lateral del mismo lado, que llegue decidido a disputarle el sitio a un Marcelo cuyo anarquismo es desesperante.
¿Me pregunta usted por los porteros? Creo que los actuales ofrecen las garantías suficientes para seguir jugando en el Madrid.
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