Si hay
un equipo en España del cual todos sabemos a qué juega ese es el Villarreal. El
equipo castellonense está formado por jugadores solidarios que siempre están
prestos a las ayudas, coberturas y relevos. Así que forman un bloque granítico,
donde cada componente cumple una misión concreta y además están muy bien
dotados técnicamente para hacer uso e incluso abuso de la posesión del balón.
El
Villarreal es el equipo que menos goles ha recibido y se distingue por ser un
hueso duro de roer en su estadio y lejos de él. No olvidemos el empate
conseguido en su visita al Bernabéu. Al
equipo dirigido por Fran Escribá le sienta de maravilla que sus rivales jueguen
con tres centrocampistas. Pues ellos basan su juego en el dominio de esa zona
vital y lo hacen acumulando hasta cinco hombres en dicho espacio.
Bruno aparece como escudo de una defensa de cuatro. Y unos metros por delante de él se sitúan Trigueros y Jonathan. Y a los costados se colocan Samu Castillejo y Adrián. Quedando Bakambu como único atacante. Con ese entramado táctico, que se lo tienen aprendido de memoria, pusieron al Madrid al borde del abismo.
El
Madrid, hasta que llegó el gol de Bale, había sido un desastre en todos los
sentidos. Sin orden ni concierto en el medio campo, por inferioridad manifiesta
en número de componentes y en juego, ni atacaba ni defendía en condiciones. Y,
para más inri, Marcelo, Ramos, y en menor medida Carvajal y Pepe, parecían
jugadores vulgares. Así que tanto Castillejo como Adrián daban la impresión de
ser estrellas rutilantes de la Liga Santander.
Así que
fueron llegando los goles del equipo amarillo. Logrados en los minutos cincuenta por medio de Bakambu
y Trigueros. Y todo indicaba que el
equipo local podría incluso marcar más tantos. Pero hete aquí que entre que se lesionó Asenjo –portero- y que Zidane
decidió sustituir a Casemiro por Isco, todo cambió radicalmente a partir del
gol de Bale.
Fue
entonces cuando el Villarreal, ante el desorden atacante del Madrid, se vio
obligado a ceder terreno y cuando se percató de su error ya había recibido tres
goles un tal Fernández. Que así se llama el guardameta que ocupó el sitio de
Asenjo. Al gol de Bale, pues, le siguió el de Cristiano Ronaldo –de penalti- y
el de Morata. Quien pudo obtener el
cuarto, de no haber errado cuando lo más fácil era introducir el balón en la
portería.
Deplorable
actuación del Madrid durante gran parte del encuentro. Horrible distribución de
sus jugadores en el césped. Pésima la
defensa. En la que Ramos y Marcelo fallaban y fallaban y volvían a fallar.
Casemiro, si su entrenador no lo remedia, camina hacia la sima por querer hacer
lo que no sabe y dejar de hacer lo que sí le conviene a él y a su equipo. Mal Benzema y Cristiano. Bale, en cambio, empieza
a dejarse ver con juego y efectividad.
Isco.
Su salida al campo fue en esta ocasión un soplo de aire fresco que no sólo le dio la vida a sus compañeros sino
que desactivó todo el orden que hasta entonces había mantenido el
Villarreal. El Madrid gano marcando tres goles en apenas media hora.
Ahora bien, su entrenador debe reflexionar sobre los errores que viene
cometiendo. Ya que la Diosa Fortuna no estará siempre dispuesta a ponerse de su lado.
Cambios: Isco por Casemiro. Morata-Benzema y Lucas Vázquez por Bale.
Cambios: Isco por Casemiro. Morata-Benzema y Lucas Vázquez por Bale.
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