Blog de Manolo de la Torre


Entrenador de fútbol, ha ejercido la profesión 19 temporadas. Escritor en periódicos,
ha publicado una columna diaria, durante dos décadas, en tres periódicos ceutíes.

domingo, 8 de enero de 2017

Tertulia futbolística

Fechas atrás, en una tertulia surgida por casualidad a la hora del aperitivo, el futbol fue motivo principal de comentarios añejos, que tanto bien nos hacen a quienes hemos sido profesionales de un deporte que sigue sin tener comparación con ningún otro. Salieron a relucir nombres de futbolistas a quienes la fama no les alcanzó en la medida que sus muchas cualidades auguraban.

La reunión estaba compuesta por dos exjugadores y varios aficionados con solera suficiente para chamullar del asunto que nos tuvo entretenido durante más de una hora. Y debo decir que las coincidencias en los pareceres fueron más que las discrepancias.

Todo principió cuando alguien sacó a colación a José Martínez Pirri. Y a mí, que tuve la suerte de verlo jugar tantas veces, se me ocurrió opinar de él: De Pirri se ha escrito, por parte de quienes contaban con medios importantes para hacerlo, con enorme cicatería. Olvidándose de que fue durante mucho tiempo arquetipo de jugador total.

En vista de que la conversación había empezado con el análisis rápido de un jugador nacido en Ceuta, el siguiente nombre en aparecer fue el  de José Paz. Y de él se contaron más sus tan cacareadas extravagancias, hipertrofiadas, que su calidad como futbolista. A mí, cuando me tocó intervenir al respecto, sólo se me ocurrió decir que era un calco, cambiando lo que haya de cambiarse, de James.

Hablar acerca de jugadores ceutíes y que el nombre de Mohamed Alí Amar Nayim no salga a la palestra es casi imposible. Uno de los contertulios se pronunció de tal guisa: "Lo que no es justo es que a Nayim se le recuerde más por el gol que le hizo al portero del Arsenal, David Seaman, y que supuso la victoria del Zaragoza en la Recopa de Europa, celebrada en 1995, que por sus muchas otras cualidades. Que las tenía". Decía una verdad como un templo quien así se manifestaba.

Tras hablar acerca de tres grandes figuras del fútbol español, nacidas en Ceuta, y habiendo yo recordado a Pepe Bravo y a los hermanos Lesmes, entre otros jugadores menos cercanos por pertenecer a los tiempos de Maricastaña, se me preguntó por algún jugador de esta tierra que a mí me hubiera causado mejor impresión cuando llegué como entrenador. Y mencioné, sin ningún género de duda, a Lolo. Era veloz, y, siendo derecho, se desenvolvía bien con la pierna izquierda; y, sobre todo, era capaz de jugar en cualquier demarcación. Confieso, eso sí, que nunca pude hacerle emprender el camino del éxito total.

Nota: Creo que debo destacar la importancia que para mí tuvo un jugador ceutí, Julio Puig, quien procedente del Cádiz lo tuve yo en el Portuense. Y contribuyó con sus conocimientos y profesionalidad a los éxitos logrados en una temporada -79-80- en la cual el ascenso se nos negó por pecar de honrados a carta cabal. Grave error cometido por los dirigentes del club de El Puerto de Santa María.

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