Nada es tan peligroso como dejar permanecer largo tiempo a un mismo ciudadano en el poder. El pueblo se acostumbra a obedecerlo y él se acostumbra a mandarlo, de donde se origina la usurpación y la tiranía (Simón Bolívar). Dejo caer la cita entre quienes tomamos el aperitivo y hablamos de la Constitución y de lo bien que le sienta a Juan Vivas recibir premios en nombre de Ceuta.
Mencionar el nombre deVivas en cualquier reunión equivale a que alguien salga diciendo que ya le echaremos de menos cuando él decida no presentarse como candidato. Tampoco falta quien responda que hay muchos ceutíes que están del alcalde hasta las mismísimas narices. Porque los políticos, cuanto más años permanecen en el cargo, se consideran también inefables, infalibles, y llamados por la providencia a trabajar por sus conciudadanos.
A quien se atreve a opinar de tal guisa le llueven las críticas. Lo tachan de no sé qué cosas y aun de pertenecer a Caballas. Y a mí me toca intervenir con el sosiego conveniente para calmar la irritación con que se está debatiendo un asunto que se ve venir aunque no tan pronto como se nos está diciendo: la renuncia de Juan Vivas a presentarse como candidato en las próximas elecciones. Y, claro, me pìden mi parecer.
Y decido emitirlo, aun sabiendo que no será el que ellos esperan. Puesto que los componentes del corrillo han sido lectores míos durante años. Yo creo firmemente que en esta ciudad no hay, de momento, nadie con capacidad suficiente para sustituir al alcalde actual. Y lo digo convencido de que mi opinión no me favorece en los tiempos que corren. Pero a mí me agrada nadar contracorriente. No lo puedo remediar.
Casi todos los contertulios me miran entre sorprendidos y satisfechos por la respuesta que les he dado. Sólo me faltó completar mi intervención parafraseando a Luis XV: "Después de Vivas el diluvio". Si bien me abstuve de pronunciarme de manera tan trágica. Eso sí, aprovecho mi turno de palabra para recordar que la amistad de Vivas con Aróstegui -su amigo del asa- es algo que viene de lejos y que está influyendo en la forma de proceder del primero.
Y es que Caballas actúa de manera sibilina y con conocimiento de causa. De modo que consigue logros sin cesar. Cuanto más les concede el alcalde, más lo fustigan, cuanto más lo fustigan, mejor les trata, para ver si se amansan. Esto no es una charada sino la actitud que mantiene el Gobierno de la Ciudad con un partido que está haciendo méritos para no gobernar.
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