Nunca me cansaré de decir que transitar la calle es de mucho provecho para quienes escribimos. Para mí es un auténtico filón. Aunque es bien cierto que pasearla exige aceptar sus reglas. Las cuales son tan simples como agradecidas: saludar a los conocidos y, llegado el caso, compartir un rato de cháchara con ellos. Por más que a uno, en ese momento, lo abrumen las preocupaciones
No es mi caso hoy cuando me cruzo con Ricardo Villegas e inmediatamente le digo que sí a sentarnos en una terraza céntrica para tomar café y, por supuesto, para charlar sin descanso de todo lo que nos gusta o nos disgusta. Intercambio de impresiones que me agrada sobremanera con alguien que no es sólo lector mío desde hace muchos años sino que, además, memoriza lo que cree más relevante y me lo traslada.
Hemos comenzado la conversación hablando de cine. Y le he dicho a mi amigo que soy de una generación que tuvo en el cine el mejor medio para suavizar en parte las muchas dificultades con las que nos veíamos obligados a crecer. En los cinematógrafos aprendimos a soñar y se nos fueron metiendo por los ojos actrices que llegamos a desear con los ímpetus silenciosos y azarados de la adolescencia.
Yo me enamoré muy pronto de Jennifer Jones. Recordada, sobre todo, por su intervención en Duelo al sol. Me aprendí su rostro de memoria y todavía puedo describirlo con facilidad: pómulos abultados, ojos asiáticos y un esbozo de irónica sonrisa que parecía indicar que estaba de vuelta de todo. Ahora bien, a pesar de mi afición al cine -nunca me consideré cinéfilo, porque carezco de especiales conocimientos acerca del Séptimo Arte-, pocas veces me he permitido hacer críticas al respecto.
RV, en cambio, da muestras visibles de saber de cine y de estar al tanto de cuanto sobre películas escriben los mejores cronistas. Y hasta me recomienda algunas firmas. A las cuales recurriré para informarme mejor y así poder intercambiar impresiones acerca del Séptimo Arte con un amigo que hacer verdaderos esfuerzos para leerme cuando emito pareceres de fútbol; deporte que a él no le hace tilín. Hablando de cine y de estrellas, RV me dice que a él no se le olvida la belleza de Paquita Rico. La Trianera de Bronce. A quien tuvo muy cerca durante una estancia de ésta en un hotel donde él prestaba su servicios.
Luego, no sé por qué motivo o razón, salió a relucir el nombre de Pedro Ruiz -presentador de radio y televisión, actor, escritor, humorista...- y a mí se me ocurrió hablar de greguerías. Ese genero literario en prosa inventado por Ramón Gómez de la Serna. Y que él definió así: Humorismo + metáfora. Y a mí me dio por parafrasear a tan grande y original escritor de la siguiente manera: La luna pone en la plaza de los Reyes luz de cabaret.
Pegar la hebra con Ricardo Villegas es un placer.
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