Éxito de asistencia a la protesta contra la inseguridad

Ceuta es una ciudad donde las personas pertenecientes a las diferentes culturas hacen lo indecible por llevarse bien. Tarea difícil, tremendamente difícil. Pues a veces suceden hechos lamentables. Muchos menos de los que suelen ocurrir en barrios, por poner un ejemplo, de ciudades peninsulares en las cuales moran inmigrantes de distintos países. Y que son tolerados, que no aceptados, y soportados quienes no se han dejado asimilar.

Eso sí, los ceutíes están en su perfecto derecho de exigir respeto y sobre todo seguridad. La cual, según los hechos que se han ido conociendo, últimamente, parece ser que deja mucho que desear. Así que muchísimos ciudadanos se han manifestado en la plaza de los Reyes pidiendo que se corten cuanto antes actuaciones que pueden convertirse en un conjunto de situaciones que derivan de la carencia de normas sociales o de su degradación.

Las manifestaciones nunca me han atraído. Y mejor que no diga el porqué. No vaya a ser que alguien interprete torcidamente mis palabras y me ponga en el aprieto de tener que responderle. Y uno, la verdad sea dicha, lo que menos desea es debatir con cualquiera que lo esté deseando. Lo cual no significa que esté en contra de que los ciudadanos salgan a la calle para expresar sus quejas a las autoridades. Ni mucho menos. Es más, mi manera de participar es opinando

Parecer que emito tras haber leído lo que han publicado los períodicos acerca de la concentración de personas frente a la Delegación del Gobierno. Y también he visto las fotografías de los manifestantes. Quedo enterado, pues, de que han asistido setecientas personas según unos medios mientras otros dicen que un millar. En las imágenes ilustradoras de las informaciones he podido percatarme de que muchos de los asistentes a la manifestación podrían ser votantes del PP. Y, desde luego, he echado de menos la presencia de Juan Luis Aróstegui y de Mohamed Alí. Dirigentes de Caballas y tan dados ellos a encabezar marchas gritando lemas y enarbolando pancartas.

Los dos dirigentes de Caballas, sin embargo, se han perdido la cita de hoy en la plaza de los Reyes. Al menos no se han dejado fotografiar. Tal vez porque no habían sido ellos los convocantes del acto de manifestarse. O bien, vaya usted a saber, por temor a ser mal recibidos por quienes llevaban carteles con frases tales: No queremos vivir con miedo. No nos importa la raza, religión o procedencia del delincuente. ¡Queremos solución!,,,

Cierto es que hay políticos que suelen tachar de racistas a quienes lucen esa clase de pancarta: la que demanda seguridad. Son los mismos dirigentes, claro que sí, que suelen ponerse de parte de los nacionalismos a ultranza. Sabiendo sobradamente que el más feroz de los racismos anida en el interior de los nacionalistas. Por tal motivo, he echado de menos a los jefes de la coalición Caballas en la plaza de los Reyes. Porque todos conocemos lo que les gusta encabezar manifestaciones para darse pote.