El Madrid gana gracias al fallo de Cop

Llegaba el Gijón a Madrid siendo como la carabina de Ambrosio. Es decir con fama bien ganada de no valer nada. Puesto que de nueve partidos sólo había logrado dos empates. Y su entrenador aspiraba nada más que a competir bien y salir derrotado por los menos goles posibles. Ni siquiera confiaba Abelardo en que la lluvia torrencial, una especie de diluvio universal, les ayudara a pasar lo mejor posible el difícil trance del Bernabéu.

Y la verdad es que a los cuatro minutos sucedía algo que invitaba a pensar que el equipo asturiano, además de perder como era lógico y natural, tampoco se iba a librar de encajar varios goles. Con lo cual regresaría a sus instalaciones de Mareo más deprimido que antes de enfrentarse al Madrid. Ocurrió que hubo un penalti a Lucaz Vázquez. Y Cristiano marcó su primer gol. El segundo también lo logró el portugués al rematar con la testa un magnífico centro de Nacho con su pierna menos buena: la izquierda. Nacho sigue valiendo un potosí.

Corría el minuto diecisiete y todo parecía indicar que los jugadores visitantes asumirían ya definitivamente el papel de víctima propiciatoria. Con el riesgo de llevarse un saco de goles. Los primeros en creérselo fueron los jugadores del Madrid. Y, claro, se vieron sorprendidos por el orgullo de los asturianos y el saber éstos que lo primero que tenían que hacer es maniatar a Modric y a Kovacic. Al primero le hicieron perder el sosiego de modo y manera que empezó a marrar sus pases. El segundo, en cambio, se fajó con sus rivales y hasta llegó un momento en que era el único que daba la talla en el centro del campo.

La contienda se fue nivelando a la par que la actuación de Benzema daba grima. Y, pasada la media hora, Carmona acortó distancia con un buen gol, tras fallar Modric estrepitosamente y llegar muy tarde Ramos al corte. No era el día del croata. Y por tanto se imponía, más que nunca, prescindir de Benzema, dejar a Cristiano arriba y jugar con James por detrás del portugués. Así se podía dar entrada a un medio volante más con el fin de ayudar a los dos croatas en el círculo central.

Pero pasaba el tiempo y Zidane era incapaz de corregir las deficiencias que se estaban produciendo ya en todas las líneas, ante el ataque descarado de los gijoneses, que nada tenían que perder en el envite. Y, tras algunas oportunidades de gol, se hallaron con un penalti que les iba permitir empatar con merecimientos. El hecho sembró el pánico en el césped y en las gradas. Menos mal que Cop, el encargado de disparar, cometió un error de principiante: no mirar al balón a la hora de golpearlo. Y falló clamorosamente.

Los nervios de Zidane, lógicos, le pudieron e hizo tres cambios seguidos cuando más llovía. Una imprudencia que le pudo costar muy cara. Ya que tres cambios en apenas dos minutos, en medio de una lluvia torrencial, desequilibra a cualquier equipo. Y, por supuesto, la sustitución de Kovacic -si acaso no mediara lesión-, que era el único jugador que tiraba de todo el conjunto. En fin, mal el Madrid. Y desacertado su técnico. Y hay más: Pepe y Sergio Ramos no van a llegar en las mejores condiciones al Camp Nou.