Blog de Manolo de la Torre


Entrenador de fútbol, ha ejercido la profesión 19 temporadas. Escritor en periódicos,
ha publicado una columna diaria, durante dos décadas, en tres periódicos ceutíes.

jueves, 3 de noviembre de 2016

Charla con Juan Olmedo Alguacil

Con Juan Olmedo Alguacil, a quien conozco desde hace un montón de años, me suelo cruzar cada mañana en El Paseo de Las Palmeras y no hay quien nos quite unos minutos de charla acerca del equipo de nuestros amores: el Madrid. Juan suele leer mis comentarios y luego no tiene el menor inconveniente en decirme si está o no de acuerdo con ellos. Aunque mi estimado amigo es consciente de que al músico viejo le queda el compás. O lo que es lo mismo: "Cuando uno se ha dedicado casi toda la vida a una cosa, ya siempre le queda la afición a ella y además le sale bien cuanto diga aunque no se lo proponga".

JOA seguía esta mañana sin entender aún las decisiones tomadas por Zidane en el partido frente al Legia de Varsovia. Ni yo tampoco -le dije-. Y hasta puedo asegurante, amigo, que me parecieron desatinadas incluso cuando el Madrid estaba ganando. Pues es mentira, y creo habertelo dicho en no pocas ocasiones, que se marquen más goles por alinear muchos delanteros. En el caso que nos ocupa, tan errónea alineación hizo posible que se perdiera el medio campo; piedra angular de las demás líneas.

El dominio del medio campo es básico y fundamental en el fútbol. Es algo sabido por todos los entrenadores desde tiempo inmemorial. Deme un buen medio campo y yo le aseguro a usted, presidente, muchos triunfos. Esta frase la he oído yo muchas veces a lo largo de mi vida. Porque es en esa zona ancha, tan de vital importancia, donde se cuecen los triunfos y se hacen acreedores los equipos a las derrotas. Todos los técnicos hemos suspirado por contar con un equipo equilibrado gracias a esa línea fundamental. Si bien en  los equipos modestos nos hemos visto obligados a hacer malabares para conseguirlo.

Zidane, sin embargo, tiene una plantilla excelente, extraordinaria. Y a pesar de las bajas uno no entiende que le sea tan complicado hacer una alineación donde la conexión entre líneas sea racional en todos los sentidos. En ese medio campo, amén de trabajo, es necesario que sus integrantes aporten creatividad atiborrada de sencillez y sobran quienes contribuyen solamente con habilidades complejas. Arquetipo de trabajo y creatividad es Kroos. Y ayer, por ejemplo, Kovacic volvió a demostrar que puede serlo también.

Ambos, Kroos y Kovacic, se comportaron ejemplarmente, trabajando a destajo ante el empuje de los polacos a raíz de que los delanteros del Madrid -cuatro- no se dignaban a correr hacia atrás. Un disparate. Una locura alentada por un entrenador que no es la primera vez que ha de pedir perdón por propiciar semejante anarquía. Desaguidado al que había que sumar la alineación de Coentrao: sin condición física, tras haber estado muchos meses en la enfermería y, por si fuera poco, teniendo que marcar a Guilherme; el más rápido de los futbolistas del Legia y que ya se la armó a Marcelo en el Bernabéu.

A lo hecho pecho, cual dice el refrán. Y Zidane, como no podía ser de otra manera, ha afrontado las consecuencias de lo sucedido, única manera de poder enmendar sus errores. No obstante, él sabe mejor que nadie que un entrenador que yerra a cada paso, y de manera tan grave como absurda, tiene corto recorrido.

Juro que mi amigo Juan Olmedo ha aguantado a pie firme mi discurso.

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