Es más fácil ser agradable que desagradable. Verdad que no necesita demostración pero que a muchas personas les cuesta lo indecible aceptarlo. De la misma manera que un terreno árido no es apto para la agricultura un carácter seco no propicia los acercamientos. No me extraña, pues, que Mariano Rajoy les haya recomendado a sus ministros que sean amables con los periodistas y que procuren por todos los medios hacerse entender y convencer. Ya que los tiempos han cambiado a la par que las mayorías absolutas han dejado de llevarse.
Idea atinada de un presidente que ha permanecido durante cuatro años emitiendo sus pareceres a través de un plasma o dando muestras evidentes del mucho malestar que le producía ser interrogado por los informadores de turno. Modificar los hábitos de comportamiento es una consigna adecuada al momento complicado que le tocará vivir a él y a los componentes de su Gobierno. Y, desde luego, sería absurdo no reconocer que un cúmulo de razones le ha obligado a tomar esa decisión.
Creo que cualquier militante del Partido Popular tardaría nada y menos en responderme que nunca es tarde... Contestación que me llevaría a decirle, en un amén, que a la fuerza ahorcan. Aun así, conviene celebrar ese cambio de actitud de quien ha asumido la responsabilidad de gobernar una España necesitada de recuperar cuanto antes a la clase media y de actuar como mandan los cánones para impedir que la corrupción siga campando por sus respetos y estimulando el brote de anarquía que se ha dejado ver claramente desde hace tiempo.
Desde hace tiempo vengo observando -también- que el partido Popular de Ceuta carece de algo sumamente imprescindible como es que entre sus militantes haya muchísimos jóvenes dispuestos a tomar el relevo de quienes por edad, enfermedad o desinterés fueron alejándose de la sede y dejaron de hacer proselitismo de la causa azul. Algo inconcebible en un partido de derecha. Que si por algo se ha distinguido, desde tiempo inmemorial, ha sido por cómo instruía a los más jóvenes. Semejante negligencia no deja de ser un tremendo error del PP.
Como de yerro imperdonable debe calificarse -asimismo- que los socialistas de Ceuta hayan dado muestras palmarias de desdén a la hora de hacerse con un medio afín a su causa. Nunca, ni siquiera durante sus mejores años, el Partido Socialista Obrero Español de Ceuta estuvo a la altura en ese cometido imprescindible. Digan lo que digan quienes suelen cogérsela con papel de fumar. Por consiguiente, bien harían ambos partidos, esto es, populares y socialistas, en reaccionar ante las circunstancias negativas que han ido creciendo en su entorno.
Circunstancias que están permitiendo que otras agrupaciones y partidos vayan haciendo una labor de zapa acompañada de acuerdos muy gratificantes para sus dirigentes y que les permiten, además, reclutar personal joven y votantes entregados a la causa. Así que no hace falta ser un analista político enjundioso para percatarse de lo que está ocurriendo. Eso sí, aún no formo parte de los que piensan que nuestra alcalde está haciendo la vista gorda.
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