Si sigo con estas molestias en el estómago, mañana sin falta estoy pidiendo cita para que me vea Javi Guerrero. Muchas son las veces que he oído pronunciarse así a personas conocidas. Don Javier Guerrero Gallego es cirujano general y especialista en aparato digestivo.
Mentiría si dijera que yo lo he tratado lo suficiente como para formarme una idea aproximada de cómo es el personaje en cuestión. Puesto que nuestras relaciones han sido siempre las de saludarnos, cuando nos cruzamos por la calle o coincidimos en cualquier establecimiento, echando mano de ese ¿cómo estás?... tan socorrido.
Pero sí tengo grabado a fuego en la memoria lo que de él dicen algunos pacientes suyos que, en ocasiones, han creído conveniente hablarme de Javi Guerrero. El mero hecho de que lo nominen de tal guisa es ya, sin duda, prueba evidente de que el doctor Guerrero intima muy pronto con sus clientes y los tranquiliza con sus conocimientos y sobre todo mostrándose tal cual es él. No olvidemos que los médicos son personas.
La primera vez que a mí se me ocurrió preguntarle a un amigo que estaba siendo tratado por JV, cómo era éste, me dijo que trasnmitía una serena seguridad en sus diagnósticos. Cuando mi amigo se puso en sus manos, aquejado de una grave enfermedad, iba ya casi en las últimas y don Javier lo condujo hacia el sitio adecuado y sin demora.
Mi amigo, recuperado desde hace la tira de tiempo, nunca ha olvidado lo mucho que le debe a Javi Guerrero. Pues para él es Javi. Y punto. Y, desde luego, no se le cae su nombre de la boca. Tampoco se ha cansado, ni creo que se canse, de elogiar el comportamiento del especialista cada vez que viene a cuento.
Ayer, como casi todos los martes, me recorrí, tras darme un paseo por el centro, los bares de la calle Jaudenes; y estando en Pedro's -bar restaurante- tuve la oportunidad de saludar a Javier Guerrero, una vez más. Y, dado que en su momento decidió ser consejero del Gobierno presidido por Vivas, yo llegué a pensar que nuestro personaje iba a ser más confidencial que otrora. Debido a que la política activa suele cambiar la forma de ser de quienes la practican.
No es el caso... Javier Guerrero sigue siendo igual que siempre. No ha cedido un ápice en su manera de ser. Así que continúa desprendiendo esa serena seguridad que lo avala como médico y sobre todo porque está obligado a mirar de frente a la Parca con suma frecuencia. Y eso concede un plus de diferencia en cualquier carácter.
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