Hoy me he acordado de David Almorza Salas, hombre excepcional, a quien tuve de profesor de Literatura en el Colegio de la Pescadería (El Puerto de Santa María), desde 1950 a 1953. Lo he recordado diciendo lo siguiente: "Me van a permitir que hable por boca de otro. Es decir, por boca de ganso". Y no dudaba en contarnos cosas inspiradas por otros.
Los alumnos acudíamos siempre prestos y alegres a sus clases. Sabiendo, además, que los jueves nos llevaba a jugar al campo de la Gimnástica. Por cierto, don David jugaba al fútbol con nosotros y se empleaba con enorme entusiasmo. El mismo ardor que él le pidió sin cesar a los jugadores del Cádiz: equipo de sus amores.
Pues bien, hoy he decido, con el permiso de ustedes, hablar yo también por boca de otros. Empiezo: La unidad de un partido es su más preciado bien, sobre todo si está en la oposición. Esa unidad no es incompatible con un debate interno que, sin embargo, debe someterse a unas reglas no escritas de tiempo, oportunidad y circunstancias que cuando no se respetan pueden ser heraldos del naufragio.
Un partido tiene que conseguir votos de todos los sectores de la población. Puesto que están añejas las denominaciones de proletarios, burgueses y otras de parecido estilo. Es necesario acabar con el fanatismo de las ideas. Se necesitan buenos gobernantes y acabar con la corrupción. El partido Socialista Obrero Español debe resolver el dilema que lo atenaza actualmente.
De la misma manera que existe una derecha que impide que exista en España una derecha moderna, europea, también sigue existiendo una izquierda anclada en planteamientos caducos y que no mira hacia adelante. Todo lo que sea hacerle el caldo gordo a Podemos, en relación con sus ideas sobre el independentismo, significa un deseo evidente de que España se haga añicos.
Los políticos son servidores públicos, como los funcionarios, aunque con más responsabilidades y una representatividad directa que les obliga a dar ejemplo. La honradez se les supone; y al que deja de suponérsele hay que expulsarlo de la política sin ambages ni rodeos.
Celebrar otras elecciones es el mejor medio para poner en agitación a las personas que se dejan arrebatar por los odios entre partidos y encima se distraen de sus obligaciones y labores. Y además es una forma de seguir derrochando dinero mientras la clase media continúa sin recobrar su lugar perdido y los pobres... qué decir de ellos.
Yo conocí a un rico que, cuando un pobre alargaba su mano y le pedía para comer, contestaba así: "Es mejor dormir bien y no comer bien, que comer bien y no dormir bien. Y con estas palabras zanjaba la cuestión.
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