Fin de las fiestas

Hoy concluyen las fiestas dedicadas a la Virgen de África. Los más reacios a admitir el fin de la Feria, esto es, que el jolgorio ha terminado, abandonarán el recinto al alba. Y lo harán dando barquinazos por esa copa de más que les servirá para paliar en parte el disgusto causado por el hecho. Por más que la diversión les haya durado seis noches con sus correspondientes madrugadas.

A partir de ese momento, otras muchas personas estarán ya pensando en pasar las vacaciones en la Península. Y están en su perfecto derecho de correr entusiasmadas a la búsqueda de un cambio de ambiente que les haga olvidarse de sus obligaciones habituales. Y, naturalmente, de tener que tratar todos los días con la misma gente. Todo cansa...

Quienes estamos tiesos, tiesos como una mojama, y por tanto no podemos permitirnos el lujo de emprender ese viaje ocioso, es verdad que sentimos a veces ese ramalazo de envidia, nada sana, cuando nos percatamos de que muchos ceutíes, desde mañana, estarán ya disfrutando de lo lindo en la Costa del Sol, en la Bahía Gaditana o dándose una vuelta por el mundo. Puesto que viajando se aprende lo indecible.

Acabadas las fiestas, una especie de calma chicha se apodera de la ciudad. Y hasta la actividad política decae hasta extremos insospechados. Ni siquiera nuestro alcalde permanece de guardia en su despacho. Que ya es raro... Pero, como diría cualquiera de sus guardaespaldas, no hay mal que por bien no venga. Por cierto, tales funcionarios son unos tipos excelentes. Y sé lo que digo y por qué lo digo.

No obstante, y debido a cómo está el patio de la política nacional, mucho me temo que nuestro alcalde carezca de ganas de darse un garbeo por tierras en las cuales sus moradores lo han tratado siempre a cuerpo de rey. Aunque, bien pensado, yo no me imagino a Juan Vivas teniendo el alma en un hilo porque los socialistas sigan sin dar su brazo a torcer en lo que todos sabemos.

Menos mal que Madrid y Sevilla se juegan -el martes- el primer título de la temporada. Lo cual supone el mejor entretenimiento para nuestro alcalde. Y, aunque Vivas chanela de fútbol, a lo mejor decide ver este partido a la vera de nuestro admirado Mohamed Alí Amar, Nayim. Con el fin de ir mejorando sus conocimientos futbolísticos. Aunque tiempo tendrá  nuestro alcalde, esta temporada que se avecina, de recibir lecciones de Nayim en el palco del Alfonso Murube. ¡Menudo asesor!

Y hablando de fútbol, vaya la recomendación, por más que ésta caiga en terreno baldío: Procuren  los periodistas -deportivos- evitar la publicación de declaraciones de futbolistas y entrenadores que se expresen así: "Vengo a Ceuta con los mejores deseos". ¡Qué tíos! Más que futbolista o entrenador, de verdad de la buena, dan la impresión de haber estudiado diplomacia y andar sobrados de ingenio.