Llevo ya casi dos meses que me dejo ver muy poco por el centro de la ciudad. Así que echo de menos hallarme con conocidos dispuestos a charlar de todo un poco. Interacción necesaria. Aunque no todo el monte es orégano. Puesto que en las ciudades pequeñas, por encontrarse la gente a cada momento, no saludarse implica la existencia de elementos de rencor mortecino, pero latentes. Y, cuando a mí me sucede, siento una sensación de fracaso cívico.
Hoy me he cruzado con un señor con quien muchas han sido las veces que, en situaciones similares, no sólo hemos intercambiado saludos sino que también nos hemos parado para charlotear. Cuando me he dirigido a él, a la altura del edificio municipal, con la satisfacción que produce el hecho, me ha dejado con la palabra en la boca. Se hizo el longui, vamos. Aunque yo pude comprobar que su cara estaba parcheada de indignación.
Tras unos minutos de reflexión, y cuando ya estaba en el puente del Cristo, un ramalazo de clarividencia me puso en condiciones de creer lo siguiente: PD, por ser tan hincha del FC Barcelona, no ha podido digerir que yo haya opinado sobre la comodidad en la que se ha instalado Busquets. Hay gente pa tó. Epifonema que le viene como anillo al dedo a lo que no deja de ser una anécdota de mal gusto.
Menos mal que en el Sardinero me doy de bruces con un madridista -caballero legionario él- que nunca se ha cortado lo más mínimo en decirme que sigue siendo mi amigo a pesar de que yo me haya pasado media vida zurrándole la badana a Iker Casillas. Y lo primero que se le ocurre es pedirme mi parecer sobre el partido Madrid-Sevilla, correspondiente a la final de la Supercopa. Y, claro, me pone en un aprieto. Ya que nunca antes he tenido yo mayor desconocimiento del equipo hispalense. Y, naturalmente, tampoco sé cómo va a responder un Madrid plagado de bajas.
Ahora bien, comienzo hablándole de lo mucho que me gusta Mariano: jugador que ha ido creciendo en las filas del Madrid-Castilla. El dominicano es un delantero centro nato. Que no rehúye la lucha con sus marcadores. Más fornido que alto y obsesionado con disparar a puerta desde cualquier posición. Aprovechándose de que su diestra más que pierna es un cañón. Mariano no es de los que salen al terreno de juego apremiado, encogido, medroso... Si juega, que es mi deseo, puede ser decisivo.
¿Y Morata?... De Morata te diré que es un magnfíco futbolista que ha regresado al Madrid tras haberse consagrado en la Serie A italiana y jugando en un equipo grande: el Juventus. Pero él es consciente de que no le resultará fácil disputarle el puesto a Cristiano, Benzema y Bale. Por tal motivo, y aunque éstos no han participado en los partidos de pretemporada, Morata ha actuado con una intranquilidad palmaria. Y, por si fuera poco, no ha sido capaz de marcar gol. Le espera, pues, una nueva reválida ante el Sevilla.
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