A veces (cuando se me ocurre manifestar que si en algo me considero perito es en fútbol) me consta que no tener abuela es lo más agradable que dicen de mí. Y la verdad es que llevan razón quienes piensan así. Pues hace tiempo que llegué a la siguiente conclusión: hablar de uno mismo es la única manera de estar en boca de los demás. Lo cual es muchísimo mejor que no estar en boca de nadie.
Ahora bien, luego hay que demostrar con hechos que uno tiene conocimientos especiales de la materia de la cual opina. En vista de que ser considerado experto en fútbol no deja de ser motivo de deseo casi generalizado. Aunque se impone concretar: muchos son los aspirantes a serlo y pocos los que consiguen pertenecer a ese club selecto. Eso sí, de entre esos pocos, los más carecen de voz en los ambientes más encopetados. Por razones claras: no vaya a ser que sufran de un ataque de histeria los bien pagados narradores y glosadores de los encuentros.
Así que les invito a leer mis artículos sobre el España-Italia de los días 27 y 28 de junio, bajo los siguientes títulos: "La decadencia de España es evidente" y "Del Bosque metió la pata hasta el corvejón". En los que me refiero a cómo hay que combatir una defensa con tres centrales. Dando las explicaciones concisas al respecto y expresando mi extrañeza ante los yerros cometidos por el seleccionador de España. A quien no dudo en tachar de alineador. Por más que haya estado en el sitio justo y a la hora debida para ser Campeón del Mundo y ganador de una Eurocopa.
Precisamente en el partido jugado ayer entre italianos y alemanes vimos cómo Joaquín Löw, seleccionador alemán, no dudó lo más mínimo en jugar con dos delanteros centros clásicos: Mario Gómez y Sebastián Müller. Ambos fueron un incordio constante para el trío de zagueros italianos -Barzagli, Bonucci y Chiellini-, cuya actuación frente a España fue decisiva para derrotarnos.
El planteamiento del técnico alemán fue de manual: maniatar el desenvolvimiento de los centrales y coartar las alegrías de los laterales, así como igualar en número de jugadores el medio campo adversario. Zona vital. No obstante, los hombres de Conte fueron sacudiéndose el dominio de sus rivales gracias a la lesión de Khedira y su posterior salida del terreno de juego. Si bien tal incidencia podría considerarse de tono menor si la comparamos con la lesión de Mario Gómez y la entrada en el campo de Draxler. tan buen jugador como incapaz de desorientar a los zagueros italianos de la misma manera que Gómez lo estaba haciendo.Y, claro está, Barzagli, Bonucci y Chiellini vieron el cielo abierto.
A propósito: dado que uno de los narradores del partido que hacía también de comentarista se permitió decir, entre otros disparates, que Kroos andaba perdido, quien escribe mantiene que Kroos mantuvo su reconocida clarividencia durante gran parte del encuentro. Haciendo fácil lo que para otros no deja de ser tarea complicada. Insisto: si tienen dudas de lo que les digo, hoy, no tienen más que leer las opiniones recomendadas.
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