Progreso, Ramos y Cristiano Ronaldo

Progreso -según la definición de un señor de cuyo nombre no me acuerdo pero que escribió libros de humor con éxito harto reconocido, que es tarea difícil-: acción de ir hacia adelante. Todos debemos desear el progreso; gracias al progreso el hombre pasó de la cachiporra a la honda; del hacha de sílex al arco y la flecha; de la espada y la lanza al arcabuz y al mosquetón; del fusil a la ametralladora. Y en tiempos recientes, digo yo, de oír a Matías Prats -padre- contarnos milongas en los partidos radiados de la selección española -eso sí, haciendo alarde de un verbo exquisito-, hasta que llegó la televisión y ya le era más complicado hacernos comulgar con ruedas de molino y cuentos del alfajor.

Pero, de un tiempo a esta parte, y gracias a la magnanimidad de los señores que mandan en Telecinco, José Antonio Camacho, con sus comentarios, trata de devolvernos a las cavernas. Y, debido a su más que reconocida tozudez, no tengo la menor duda de que, si alguien no lo remedia, acabará por salirse con la suya. Y, créanme, no es la primera vez que este modesto escribidor clama en el desierto.

 Sergio Ramos. Hace ya tiempo que vengo avisando de cómo el muchacho de Camas cabalga a galope tendido por la ladera que conduce a la sima donde acaban los jugadores que no se limitan a hacer lo que mejor saben. Y lo que mejor sabía hacer SR es defender con contundencia y eficacia. De ahí que como lateral fuera más discutido en su momento. Por creerse que actuar en esa demarcación consistía en atacar por sistema y centrar sin orden ni concierto. Dejando, además de brechas continuas en el sistema defensivo,  permanentemente sometido a una labor de gregario al volante de ese espacio. El cual, lógicamente, jugaba todo el partido con el ceño fruncido.

Luego, como zaguero central, orillado en el lado izquierdo, sus carencias han ido aumentando hasta ser explotadas por los rivales, tanto en el Madrid como en la selección. A buenas horas mangas verdes se ha enterado Alfredo Relaño, director del diario As, que Ramos vive obsesionado con sumarse a los remates de los saques de esquina y faltas para ver si consigue ese gol que le redima de sus innumerables meteduras de pata en su habitual demarcación. Meteduras de pata que pusieron a David de Gea como un flan frente a los croatas. De modo y manera que el portero del Manchester United llegó a perder el oremus.

Cristiano Ronaldo. Su pobre actuación frente a la selección austriaca, aderezada con el fallo de un penalti, desataron las iras contra él. Gary Lineker, ex jugador del Liverpool y Barcelona, entre otros equipos, encabezó la lista de los muchos que aprovecharon la inmejorable situación para zurrarle la badana a la estrella portuguesa. Y a mí se me ocurrió escribir, inmediatamente, sobre el resurgir de RC. Lo primero que hice es recordar a las figuras mundiales que pasaron por el mismo trance que el jugador del Madrid. Las cuales jamás consiguieron rendir en la selección como lo hacían en sus clubes.

Luego me atreví a decir, por egoísmo, que ojalá la 'bestia' no lograra despertar. Puesto que podrían darse resultados apropiados para que España y Portugal se enfrentasen. Y ahondé más en el asunto: de ser así, y por más que la selección portuguesa sea inferior a la española, mucho me temo que los jugadores hispanos torcerían el gesto. Porque nadie mejor que ellos saben las muchas dificultades que les podría generar CR en día de grandes aciertos.

Aciertos que tuvo la estrella portuguesa ante los hungaros.  Así que, visto lo ocurrido, a lo mejor la derrota de España ante los croatas se ve ahora de manera bien distinta. Hasta el punto de que no me extrañaría que Vicente del Bosque y sus jugadores estén celebrando por lo bajini el haberse clasificado en segundo lugar. Clasificación que les ha evitado ese enfrentamiento con el siempre peligroso CR. 'Bestia futbolística' que, en 'estado de gracia', resulta infinitamente más peligrosa que toda la selección italiana.

¡Ah!  Espero que Gary Lineker salga a la palestra diciendo algo agradable del Ronaldo Cristiano que no sólo marcó dos goles para enmarcarlos, sino que, por si fuera poco, le puso a Nani otro tanto en bandeja.