Ni Ramos ni el árbitro evitan la victoria del Madrid

Michael Robinson lo debe estar pasando muy mal con la victoria del Madrid y el trabajo sobrio y eficaz que ha realizado Casemiro en el Camp Nou. Con su segunda lengua, la española -por cierto, hablándola  rematadamente mal, a pesar de que lleva en España desde la Reconquista-, ha estado una vez más poniendo verde al jugador brasileño. No ha parado durante todo el partido de meterse con él. Me imagino que el glosador inglés, y acérrimo enemigo del Madrid desde que jugaba en Osasuna, debe estar ahora mismo luciendo una risa sardónica. Que es la que emana del dolor o amargura por el triunfo del equipo que se detesta y porque Casemiro lo ha dejado en ridículo una vez más.

Casemiro es un jugador que ha tenido que cambiar sus características para poder jugar en el Madrid. Era un medio con tendencia ofensiva y con muy buen manejo de balón. Pues bien, el Madrid lo cedió al Oporto y regresó con la vitola de futbolista capaz de servir como escudo de la defensa y sobre todo dispuesto a la ayuda de todos sus compañeros. Situado en el centro del centro del campo y sabedor de que su equipo tiene un agujero por el lado izquierdo de la defensa, trata por todos los medios de auxiliar tanto a Ramos como a Marcelo. Y lo hace sin ser zurdo y sin perder la compostura. Y aún así quiere Michael Robinson que haga encaje de bolillos con el balón.

Lionel Messi, tan extraordinario jugador como  muy bueno tácticamente, no dudó en ponerse por delante de Casemiro para distraerle con su presencia, la cual suele generar pánico entre su rivales, con el fin de hacerle perder el oremus al brasileño. Es decir, trataba de que éste anduviera más preocupado de él que de su misión concreta: que no es otra que la de prestar ayudas a todos los compañeros de medio campo hacia atrás. Y bien que ha tenido que multiplicarse debido a que el Barcelona, como tantos otros equipos, conocen sobradamente que Ramos está tan alocado como para jugar a la ruleta rusa.

Hablando de Ramos: ¿cuando se van a dar cuenta en el Madrid que el de Camas necesita limitarse a hacer lo que sabe y nada más? Y sobre todo es necesario por el bien del equipo que juegue en el lado derecho de la defensa. Porque si lo sigue haciendo en el lado izquierdo, a medida que sus condiciones físicas vayan cediendo, todavía rendirá menos que hoy. Es el único pero grave error cometido por Zidane. No sólo por alinearlo sino también por mantenerlo en el campo amonestado y fuera de sí.

Pues bien, ni Ramos ni el árbitro consiguieron evitar la victoria de un Madrid que no jugó cobardemente en la primera parte. Sino que lo hizo practicando un repliegue intensivo en el que tanto Cristiano como Bale cerraban ambas bandas. Impidiendo ese peligroso enlace de Alves y Alba con sus delanteros. Tampoco podían los defensas del Madrid salir con el balón jugado ante la presión de los locales, pues frente a éstos una pérdida de balón es mortal de necesidad. Así que el Madrid hizo bien en capear el temporal de la primera parte y a otra cosa. Cierto es que el aislado Benzema apenas participaba del juego de su equipo.

El gol de Piqué, tras varios saques de esquina contra el Madrid, por mor de una pérdida de balón de Marcelo, dejó en evidencia a Pepe. Tanto imparable, naturalmente,  cuando aún nos estabámos relamiendo de gusto por la parada de Keylor Navas a un toque envenenado de Messi. Tras el gol y la expulsión anunciada de Ramos, todo parecía visto para sentencia. Pero entre la eficacia en defensa del ya reseñado Casemiro y las ganas y calidad de Kross y Modric, el Madrid empezó a jugar mejor y tanto Bale como Cristiano principiaron a enseñar los dientes.

Primero fue Benzema quien marcó un gran gol. Que vino a redimirle de su escaso rendimiento. Luego, en nada y menos, obtuvo Bale un golazo de cabeza que le fue anulado injustamente.  Y en plena efervescencia visitante llegó la firma de Ronaldo Cristiano.Y hasta pudo llegar el tercero si Pepe no tuviera tan poca confianza en su pierna izquierda. Resumiendo: justa victoria del Madrid. Insisto: a pesar de Ramos y de Hernández Hernández; que así se llama el árbitro canario.

Nota: este escrito puede verse en Blog de Manolo de la Torre y en Aires de Ceuta