Blog de Manolo de la Torre


Entrenador de fútbol, ha ejercido la profesión 19 temporadas. Escritor en periódicos,
ha publicado una columna diaria, durante dos décadas, en tres periódicos ceutíes.

domingo, 24 de abril de 2016

Árbitros, Robinson y Marcelo

Llevamos, y lo que te rondaré, morena, días de grandes emociones futbolísticas. Barcelona, Atlético de Madrid y Real Madrid se han propuesto ponernos los nervios de punta. Tengo la impresión de que ninguno de los aspirantes al título de Liga va a fallar. Sin embargo, en estos momentos cruciales del Campeonato, a mí se me viene a la memoria lo siguiente: hace ya sus años, yo mantenía amistad con un árbitro de Primera División a quien le gustaba la noche. Era una persona excelente y a la que un wiskey de más le hacía decir cosas de las que luego se arrepentía.

Pues bien, en uno de esos momentos de debilidad se le ocurrió contarme que él era tan incondicional de un equipo que, cuando le tocaba arbitrarle, y ante cualquier duda, siempre lo hacía a su favor. ¿Qué haces, pues, cuando la infracción es clara y te ves obligado a indicarla contra el equipo de tus amores?  Tardó nada y menos en responder: "Si peligra el resultado para los míos... ya te lo puedes imaginar. Eso sí, siempre que el resultado sea decisivo para algo". Los tiempos han cambiado, y para mejor. Amén de que los árbitros estan muy bien remunerados.  Pero yo tengo el pálpito de que esta Liga se resolverá por alguna decisión arbitral dictada por el corazón.

Releyendo el Juan de Mairena de Antonio Machado he llegado, tras varios días, a la página 105, y me he encontrado con la siguiente reflexión: "Para ser clown hay que ser inglés, pertenecer a ese gran pueblo de humoristas que tan profundamente han comprendido el inmortal proverbio del cómico latino: "Nada humano me es ajeno a mí, y menos que nada, la innegable tontería del hombre". El clown la exhibe en sí mismo,  la profesa como tonto de circo, con la seriedad y la alegría de los niños y los santos.

Ahora me explico por qué gusta tanto a muchos aficionados españoles la manera de opinar de fútbol de Michael Robinson. ¡Qué pena que el Madrid le produzca al inglés tanta aversión desde antes aun de llegar a Pamplona. En fin, 26 son, al parecer, los años que lleva Robinson poniendo su media lengua al servicio de las retransmisiones de nuestra Liga de Fútbol. Y siempre destilando fobia inglesa contra el Madrid y, naturalmente, haciendo el elogio permanente del Barça.

Marcelo -en una entrevista que se puede leer en la web del Madrid- rezuma euforia por estar su equipo en las semifinales de la Champions y luchando todavía por la consecución de la Liga BBWA. No se corta lo más mínimo en airear que reina el optimismo entre sus compañeros de equipo y que atraviesan un gran momento de forma y de juego. Pone a Zidane en los cuernos de la luna. Es decir, que el jugador brasileño ensalza a su entrenador.

Este tipo de elogio tiene casi siempre cariz de estima, afecto y admiración personal entre quien hace la alabanza y quien la recibe. Por consiguiente, bien haría el entrenador del Madrid en aprovecharse de tan buena sintonía con su jugador para recomendarle encarecidamente que no improvise por sistema. Que no es conveniente empecinarse en ser brillante por obligación y sin solución de continuidad. Lo que daría Navas, jugador del Manchester City, si es alineado, en hallarse con ese Marcelo que, más veces de las debidas, juega a lo que salga. O sea, a la ruleta rusa.

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