Fechas atrás, cuando la anunciada huelga de los trabajadores de la limpìeza parecía abocada a convertirse en una realidad capaz de amargarle la Semana Santa a los ciudadanos, hundiendo de paso en la miseria a muchos de los negocios que esperan la llegada de estos días como tabla de salvación de su ya deteriorada economía, alguien me habló así de Emilio Carreira: "Tengo la impresión, en ocasiones, de que es un engreído, que usa y abusa de las palabras crudas y triviales".
Quien así se expresaba, observado por mí durante unos segundos, parecía estar convencido de que mi respuesta iría destinada a fortalecer su opinión sobre el consejero de Medio Ambiente y Sostenibilidad. Y debo decir que le di tal chasco con mi parecer como para que su cara mostrara un ramalazo de ira momentánea. Aunque es bien cierto que pronto le volvió la color natural a su rostro.
De la forma de ser de Emilio Carreira ya he escrito en varias ocasiones, así como de sus salidas de tono fingidas, cuando el asunto tratado lo ha requerido. Pues comportarse como un buen actor es deber de quien ejerce la política activa. Y Emilio lo es. Y hay más: sabe componer la figura cuando le toca actuar en momentos difíciles. Y para prueba está la fotografía reveladora de cómo aguantó el tirón de lo que fue considerado un escrache en su día.
Del consejero de Medio Ambiente y Sostenibilidad, después del acuerdo conseguido entre las partes dialogantes para que no hubiera huelga de la limpieza, se viene hablando mucho y bien. Pero sería conveniente bajar el tono de los ditirambos por algo que es de cajón: en El Abrazo de Vergara que se dieron todos los negociadores nadie debe ser destacado por encima de nadie. De lo contrario, no faltarán quienes se sientan derrotados y eso es lo peor que puede ocurrir para arreglar futuros desencuentros. Porque ya sabemos cómo es el egoísmo del que se cree perdedor.
También me ha satisfecho lo declarado por nuestro alcalde en relación con lo acordado. Y que yo resumiré brevemente, gracias a una socorrida frase hecha: "No se ganó Zamora en una hora". Así pues, Juan Vivas ha recomendado paciencia a los sindicatos, ya que hay decisiones importantes que necesitan tiempo para su consecución. A Juan Vivas convendría aplaudirle que se haya mantenido entre bastidores dejando a otros el trabajo que requería un problema que bien podría haberse enconado hasta extremos insospechados.
Me consta, asimismo, que los dirigentes de TRACE han confiado siempre en la buena voluntad de cuantos han intervenido en las conversaciones. Y, sobre todo, han procurado por todos los medios no decir una palabra más alta que otra. Pues sabido es cómo una chispa provoca el incendio de un bosque. Resumiendo: hablando se entiende la gente. Frase manida. Claro que sí. Pero que, una vez más, ha evitado que Ceuta sea motivo de telediarios negativos. Lo cual no es moco de pavo.
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