No hay lugar en el mundo en el cual no sepan que atacarle al Madrid por la banda izquierda es la mejor manera de hacerle gol y de desorientar todas sus líneas. Así lo ha hecho el Roma y ha tenido seis o siete ocasiones de marcar. Pero Dzeco, El shaarawey y Salah las han ido pifiando y en otras ha surgido Keylor Navas; demostrando cada día que es una figura indiscutible. Y pensar que los había todavía añorando al muchacho que 'tanto nos había dado' y que tan mala suerte está teniendo en Portugal.
Salah, con su velocidad, ha vuelto a poner en evidencia a Sergio Ramos. El egipcio ha hecho diabluras con el jugador de Camas. Ha habido momentos en los que el defensa madridista parecía un cualquiera. Y, claro, sus carencias fueron saliendo a la luz y a mí me daba mucha pena verlo sumido en una crisis de juego que está pidiendo a gritos un tiempo de descanso. Porque, sinceridad obliga, si hubiesen acertado los delanteros romanos, a estas horas se estaría viviendo un drama en el Madrid.
Conviene reconocer, sin embargo, que Zidane va corrigiendo errores. La entrada de Casemiro como medio centro para todo, que hizo magníficos partidos con Benítez, ha vuelto a darle consistencia a un medio campo en el cual Kroos y Modric deberán arriesgar más en ataque y sobre todo aprovecharse de los tiros a media distancia en las muchas oportunidades que se les va a presentar. Cierto es que harían bien en sacrificarse mucho más cuando les toque defender por los costados.
La primera parte fue un auténtico despropósito por parte de los dos equipos. El balón iba de una puerta a otra y nadie era capaz de sacarle rédito a las jugadas. No cabe la menor duda de que a los italiano les convenía un partido loco. Máxime cuando encontraban tantas facilidades por el lado siniestro del Madrid. Pues a los fallos de Ramos había que sumarle la anarquía de Marcelo y la pobreza defensiva de James y su poco rendimiento en ataque.
Pero en el minuto quince más o menos se produjo el milagro: salió Lucas Vázquez y con su velocidad y buen manejo de balón se la puso a Cristiano para que se jugara el bigote ante Szczesny -vaya nombrecito-, magnífico portero, y el portugués obtuvo el primer gol. Lucas Vázquez contagió con su quehacer a sus compañeros y hasta James se espabiló: el colombiano marcó un gran gol y comenzó a parecerse algo más al gran jugador de la temporada anterior.
Luvas Vázquez, a quien tanto ha celebrado quien escribe desde que lo recuperó el Madrid, está pidiendo a gritos jugar muchas veces y muchos minutos. Como también es necesario que Varane sustituya a Ramos cuanto antes. De no ser así, no tengo la menor duda de que el próximo rival en la Champions sí sabrá aprovecharse de los yerros que viene cometiendo el capitan del club más grande del mundo. Por último, mención especial merece Danilo. Jugador que ha sido maltratado desde su llegada y que, sin prisa pero sin pausa, va a más. Qué bien le vendría que alguien le dijera que hay que mirar al balón cuando se le golpea.
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