Pedrada en ojo de boticario. Se dice, por antífrasis, que una cosa ha venido como pedrada en ojo de boticario cuando algo muy conveniente sucede en el momento oportuno. Es lo que le ocurrió al Madrid cuando no cuajó el fichaje de De Gea -que no deja de ser un gran portero- y hubo de quedarse a regañadientes con Keylor Navas.
¿Cómo es posible, dice usted, que yo empiece la crónica de un partido que ha ganado el Madrid por goleada y jugando muy bien, haciéndole el artículo a su portero? Ahi va: simple y llanamente porque ha estado sensacional. De haber sido torero, créame, su actuación hubiera merecido los máximos trofeos y salida a hombros por la puerta designada para los éxitos grandes.
Le cuento: no crea que, por haber estado Navas majestuoso, el Sevilla ha jugado bien. Ni mucho menos. El primer tiempo de los jugadores hispalenses ha sido malo de solemnidad. Hasta el punto de que Emery y los suyos debieron irse más que contentos a descansar al término de la primera parte por haber encajado un solo gol; un golazo, sería injusto no decirlo, de Benzema. A quien parece no afectarle los problemas que se le vienen acumulando con la Justicia francesa.
El medio campo del Madrid, formado por Modric, Casemiro, Kroos y un adelantado Marcelo, ayudados, en esta ocasión, por Bale, se impusieron a sus contrarios en esa zona vital y además supieron en todo momento entrar por las bandas de unos rivales que dieron muchas facilidades. El Sevilla se vio desbordado en todo momento y sólo la suerte y varias intervenciones de su portero evitaron un descalabro en los primeros cuarenta y cinco minutos.
Ni siquiera necesitó el Madrid al mejor Cristiano para conguir triunfo tan abultado y que, insisto, pudo ser mayor. El problema de Cristiano es que todos sus compañeros quieren que marque goles y le ceden balones que bien podrían tener otro destino más rentable. Pero tampoco es menos cierto que sus compañeros saben a pie juntillas que no hay mejor medicina para el equipo que el portugués esté contento y llegue a los partidos de la Champions League en condiciones inmejorables.
Casemiro, como escudo de la defensa, también le ha venido al Madrid como pedrada en ojo de boticario. Ya que sus actuaciones en el centro del centro del campo hacen posible que tanto Modric como Kroos enlacen con delanteros y laterales con más asiduidad que antes. Amén de que se incorporen al ataque muchas veces. Ahora mismo, tanto el alemán como el croata, están llamados a organizar el juego ofensivo de su equipo mucho más cerca del área rival. Lo cual les favorece para disparar a puerta desde la media distancia.
Del Sevilla me gustó Gameiro. Un incordio constante para los defensas del Madrid con sus continuos desmarques: ora por la izquierda, ora por el centro, ora por la derecha... Y sobre todo haciendo uso y abuso de su velocidad y de su peligro como artillero. Buen lanzador de penaltis, esta vez tuvo la mala suerte de toparse con Keylor Navas. Repito: el mejor de un partido en el cual su equipo goleó a un Sevilla que no jugó bien. Así lo vi yo... Aunque a ustedes les parezca toda una contradicción.
Fernández Estrada, árbitro del encuentro, se equivocó más de la cuenta. No dejando a nadie contento. Menos mal que no influyó en el resultado.
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