Modric salva el empecinamiento dañino de Zidane

Transcribo literalmente el último párrafo de mi artículo del Madrid-Español celebrado la semana pasada en el Bernabéu. La goleada al Español no debería propiciar repiques de campanas. Hay que ver jugar al Madrid con equipos capaces de adueñarse del medio campo con futbolistas repletos de calidad y aguerridos, para comprobar si además de la alegría que, según dicen, les ha infundido Zidane a sus jugadores va acompañada de la consistencia suficiente para dominar esa parcela central del campo en la que se cuecen los triunfos y las derrotas. Yo. como madridista fetén, no veo que ello sea posible, debido a los futbolistas que están jugando en esa zona.

El Granada, con orden y decisión, calidad en algunos de sus jugadores y una entrega sin límite, ha podido dejar a Zidane en una situación más que comprometida. Menos mal que Modric, amén de ser, junto a Kroos, el mejor del Madrid, logró un gol milagroso. Ojalá que ese tanto sirva para que el entrenador del Madrid no vuelva a errar en la composición del medio campo de su equipo. Modric y Kroos necesitan a su vera a futbolistas capaces de hacerse fuertes en la medular. Y el Madrid no sólo los tiene sino que además técnicamente son muy buenos. Sería un tremendo error que Zidane siguiera empecinado en darle a Isco galones de figura indiscutible cuando su juego tiene más tonterías que un mueble bar.

 Florentino Pérez dijo de Zidane, el día de la presentación de éste como entrenador del primer equipo, que tenía toda su confianza puesta en el francés porque siempre lograba hacer todo cuanto se proponía. Es decir, que le concedió licencia de taumaturgo. Se aplica hiperbólicamente a la persona que hace cosas maravillosas. O sea, milagros. Milagroso es, por tanto, que un medio campo compuesto por Modric, Kroos, Isco y James pueda salir airoso lejos del Bernabéu por el mero hecho de imponer un fútbol pueril, nimio, trivial... No cabe la menor duda de que el entrenador del Madrid lo ha intentado una vez más en Los Nuevos Cármenes. A pesar de que en el campo del Betis al primer tapón, zurrapa.

Pues bien, en Granada, dondo la voz popular dice que todo es posible, el equipo local estuvo en tris de ganar el partido. Lo cual, de haber sucedido, habría sido calificado de triunfo  merecido por los muchos méritos hechos por el equipo entrenado por Sandoval. Éste situó muy bien a sus hombres en el césped. Tan bien como para ir a más en el partido. Magníficos los extremos Peñaranda y Success. El cual ya jugó primorosamente en el Bernabeú. Ambos  le amargaron parte de la tarde y el resto de la noche a los defensores madridistas. Mientras que Rochina. Rubén Pérez y Fran Rico se iban haciendo dueños de la zona vital del campo.

Cierto es que gol conseguido por el Arabi contó con la participación del árbitro al estar mal colocado en una jugada que trataba de hacer Modric y de esa obstaculización salió el tanto que empataba al obtenido por Benzema. Empate merecido a todas luces. Resumiendo: mal el Madrid. Pues su fútbol baladí, insignificante, aderezado con regates absurdos, ruletas sin ton ni son, conducciones de balón inútiles y cuchufletas variadas, no conducen a nada. En cambio, sí hacen posible que Cristiano Ronaldo se disminuya en todos los sentidos y que los rivales parezcan ser mejores de lo que realmente son. Modric con su gol y, por qué no, con su buen juego y el de Kroos, a ratos, salva el empecinamiento de Zidane al componer un medio campo dañino para su equipo.