Blog de Manolo de la Torre


Entrenador de fútbol, ha ejercido la profesión 19 temporadas. Escritor en periódicos,
ha publicado una columna diaria, durante dos décadas, en tres periódicos ceutíes.

jueves, 25 de febrero de 2016

Los políticos cotizan a la baja

A medida que van pasando los días,  y dada la situación política reinante, resulta tarea fácil criticar acerbamente a la clase política en general. Por más que ello propicie, a media vuelta de manivela, que salga el vecino del quinto alegando que no se debe generalizar y decir que todos los políticos son unos tales y unos cuales porque haya algunos que lo sean. Y, claro, ante tan manida defensa, a quien ose decirlo no le queda otro remedio que achantarse si no quiere meterse en un callejón sin salida.

Pero uno, que tiene ya una edad descarada, una edad absolutamente escándalosa, no se amilana fácilmente y aborda la situación con palabras mayores y que no tienen por qué ser escabrosas. Por ejemplo: del poder político sólo se puede esperar desconfianza, desdén, falta de respeto a las opiniones, tendencia a esquilmar y desarticular la sociedad, intervencionismo creciente, que alcanza a las instituciones de las que dependen las garantias de la convivencia. El párrafo  no es mío, pero lo tomo prestado en un momento donde conviene airearlo nuevamente.

El poder al que me refiero es, sin duda, el que ha hecho posible que un partido como Podemos se haya aprovechado de los abusos cometidos contra la clase media, amén de los inumerables casos de corrupción que se han ido produciendo, para sacar la gente a las calles y ganar adictos suficientes para convertirse en casta política. Yo no digo que Podemos sea actualmente el enemigo público número uno de los biempensantes y de la gente de orden en España. Pero sí que es un partido antisistema y que ha sabido reconducir a la vida política constitucional a buena parte de los que estaban en plazas públicas hace años.

No obstante, una vez dado ese paso, que merece felicitaciones, Podemos, por ser un movimiento de extrema izquierda, lleva en sus alforjas una ideología para la revolución y una estrategia inmediata de ocupar poder, porque las revoluciones permanentes se hacen desde el poder y no desde la calle, donde en tantas ocasiones solamente fueron sucesos enardecidos y agotados. De ahí que Pablo Iglesias y los suyos intenten formar Gobierno con los socialistas. Pero la ambición los delata.

Me explico: desean coligarse pero a cambio de obtener varios ministerios y muy principales para alzarse con el santo y la limosna. Aprovechando tan ventajosa situación para inundar el gobierno de sus gentes y de sus concepciones y en un momento determinado gobernar en plenitud. Lo cual, además de no ser bueno para España, podía dañar la historia de un partido socialista que es tan fiable cual necesario en nuestras vidas.

En fin, que Pablo Iglesias, con sus discursos diarios y sus peticiones desorbitadas, se hace cada vez más pesado. Ergo..., se está ganando con creces que, en cualquier momento, haya que decirle que se está poniendo fastidioso, aburrido, cansino... En suma, que nos está 'dando el motete': expresión, por si alguien no lo sabe, que es sinónimo de dar la lata. Y tengo la impresión, además, de que Iglesias puede estar tirando por la borda su caudal político.








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