Blog de Manolo de la Torre


Entrenador de fútbol, ha ejercido la profesión 19 temporadas. Escritor en periódicos,
ha publicado una columna diaria, durante dos décadas, en tres periódicos ceutíes.

miércoles, 13 de enero de 2016

Mirando hacia atrás

Luis Márquez Montoya. No recuerdo si ha pasado ya por esta galería de mis queridos conocidos ni tampoco me interesa mirarlo, pues que no me importaría la repetición, ya que si alguien se merece la insistencia del homenaje es precisamente Luis. Cuando dentro de poco se cumplirán tres años de su fallecimiento.

Comenzando los años setenta, en uno de mis viajes a Ceuta como entrenador del Portuense, y cuando en la Agrupación Deportiva Ceuta jugaban destacados futbolistas como Lima, Zacarizo, Quinichi, Asenjo, Ormaza y otros componentes de cuyos nombres lamento no acordarme, conocí a Luis como conductor del taxi que prestó los servicios correspondientes a nuestra expedición. De la pasión de Luis Márquez por el fútbol y sobre todo por la ADC me percaté entonces. LM era muy sosegado fuera del Murube, pero él mismo reconocía que le podían los nervios durante los partidos.

En diciembre de 1982, siendo yo entrenador de la ADC, no tuve el menor inconveniente en acceder a que LM formara parte de la expedición que partía hacia las Islas Baleares para enfrentarse al Mallorca y al Poblense. El segundo  era un partido que, suspendido en su día, hubimos de jugar aprovechando nuestra visita al Luis Sitjar. 

Aún recuerdo con qué entusiasmo acogió LM la invitación y de qué manera tan extraordinaria fue aceptado por los futbolistas. Lo que no sabía él es la sorpresa que yo le reservaba y de la que solamente Pepe Almagro, como capitán del equipo, estaba enterado. La cual consistía en hacerle debutar como delegado del equipo en el campo del Poblense. Mediante, eso sí, el conocimiento y la aprobación de Guillermo Romero, directivo del club.

Luis Márquez se quedó absorto y boquiabierto cuando Almagro y yo le comunicamos que habíamos decidido que hiciera de delegado. Por cierto, era un día que llovía a cántaros. Nuestro hombre fue viviendo las vicisitudes del juego y pronto comprendió que el fútbol visto desde un foso no se parecía lo más mínimo al que él presenciaba desde la tribuna del Alfonso Murube

Aquel miércoles, 8 de diciembre de la temporada 82-83,  LM se dio cuenta de las dificultades que entraña ser entrenador y de cómo el juego exigía suma atención cual capacidad de decisión por parte del técnico. En aquel partido, el primero de LM en el banquillo, hubo de todo como en botica. Así, cuando parecía que nos íbamos a quedar sin el premio de un resultado favorable, Lope Acosta se jugó la pierna en un lance para marcar un gol que le había prometido a su amigo Luis. Amigo de Luis fuimos todos los que formamos parte de aquella expedición.

A partir de entonces, Luis Márquez fue  muchos años directivo y acabó siendo, hasta el fin de sus días, uno de los delegados -en Segunda División B- más conocido del fútbol español.


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