Está demostrado que si un equipo no domina el medio campo estará siempre a merced de su rival. Es lo que le ha pasado al Madrid frente a la Real Sociedad durante muchas fases del partido jugado hoy en el Bernabéu. Es casi imposible que Modric, Kroos y James, sin la ayuda de Bale, Cristiano y Benzema, sean capaces de dominar la parcela central teniendo en esa zona a cuatro o cinco rivales. Con el 4-3-3, sin espíritu de sacrificio, el equipo dirigido por Benítez lo pasa mal. Rematadamente mal. Máxime cuando desde atrás sólo reciben el soplo de aire fresco por parte de los laterales. Los cuales tampoco son ayudados por sus compañeros cuando abandonan su demarcación.
Lo peor que puede hacer un entrenador es no imponer sus ideas. Y mucho menos dejarse llevar por las ideas de otros. Rafa Benítez sigue errando al jugar un 4-3-3 con el cual se le viene partiendo el equipo en tres partes. Debido a que ni los delanteros defienden ni los volantes tampoco. Y en ataque apenas si participan los hombres del medio campo, y cuando lo hacen los laterales es a costa de dejar brechas enormes en el área propia.
Hubo fases en que la Real Sociedad, al igual que Barcelona y Villarreal en su día, manejó el partido a su antojo. Es más, la lesión de Aguirretxe, con doce goles marcados esta temporada, permitió que saliera Bruma y éste, con su velocidad, y jugando entre líneas, acabó por desquiciar a un Madrid que empezó a no dar pie con bola. Y el pánico cundió en las gradas. Menos mal que Bale, siempre tan criticado, echó una mano a sus compañeros en los peores momentos.
El Madrid, no me cansaré de decirlo, tiene una plantilla tan amplia como sensacional, pero su entrenador sigue jugando con un sistema que no es el idóneo. Y no lo es porque él no ha conseguido todavía que el equipo funcione como un bloque en los dos sentidos. Que es además por lo que se han distinguido los equipos entrenados por él. Cuánto daría yo por ver al Madrid jugar con dos extremos capaces de atacar y defender. Lucas Vázquez ha vuelto a demostrar su valía en los pocos minutos que ha jugado. Y también Cherychev, de haber tenido oportunidades, estaría ahora mismo prestando grandes servicios.
Los grandes equipos, donde tantos y buenos futbolistas compiten por un puesto, necesitan un entrenador capaz de hacerles ver a todos ellos que sólo juegan once pero que todos pueden contribuir durante los partidos a mejorar el rendimiento del equipo. Verdad es que ese entrenador ha de estar respaldado por los directivos. Y, por encima de todo, no estar continuamente en entredicho. .Desgraciadamente, en el caso de Benítez no hay día en el cual desde el club no salgan noticias, aunque luego digan que son bulos, que le degradan ante los jugadores y que hacen mella en su estado de ánimo.
El Madrid, a pesar de haber ganado a la Real Sociedad, sigue sin ofrecer esa confianza en su juego que se espera de un equipo cuya plantilla es de las mejores del mundo. Y, desde luego, ya va siendo hora de que Benítez haga la alineación sin pensar en los nombres. De no ser así, mucho me temo que, por mal que esté el Valencia, siempre podrá ahondar más en la herida de un equipo que juega a lo que salga y lo que es aún peor: sin capacidad de sacrificio en muchos de sus jugadores.
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