Los socialistas de Ceuta están eufóricos

1982 fue un año del que yo me acordaré siempre. Llegué aquí como entrenador de la Agrupación Deportiva Ceuta, el 18 de Julio, y en octubre los socialistas ganaron las elecciones de manera arrolladora. La instauración de una mayoría de izquierdas en el poder político, nos hizo pensar a todos que la transición política española había llegado a su fin. Transcurridos 33 años de aquel hecho, uno sigue pensando que estábamos equivocados.

De los ochenta, cómo no recordar también  a Francisco Fráiz. Éste era capaz, como no me canso de repetir, de llevarse a la gente de calle y,  una vez obtenido el éxito en las urnas, dilapidarlo luego mediante comportamientos alocados. Fráiz era un personaje que pasaba de lo mejor a lo peor en cuanto se sentaba en el sillón de su despacho como alcalde. Se convertía en un trueno. En un tipo altivo y tonante.

Los socialistas en Ceuta no supieron mantener el poder municipal. Sus luchas intestinas fueron tan duras como insistentes y, como no podía ser de otra manera, esas batallas fratricidas dieron alas a los partidos locales. Y durante mucho tiempo el Ayuntamiento fue lo más parecido a la Casa de tócame Roque. Menos mal que Fructuoso Miaja, a su manera, y con la ayuda inestimable de Juan Vivas, siempre al quite como funcionario predilecto del alcalde, pudo completar los años de gobierno que le pertenecían.

Tales recuerdos han aflorado en mí, aunque ustedes no lo crean, al comprobar que los socialistas de Ceuta han vuelto a recuperar la moral de victoria, tras tantos años penando como secundarios en el gobierno de la Ciudad. Tal resurgimiento se produjo el martes pasado. Pues no en vano fueron capaces de llenar un salón del Hotel Tryp para darle cobijo a la actuación de Francisco Javier López Álvarez, más conocido como Patxi López. Quien fuera lehendakari del Gobierno vasco y actualmente desempeña el cargo de Secretario de Acción Política y Ciudadana del PSOE.

Un veterano militante socialista, con quien he charlado hoy un buen rato, me ha puesto al tanto de cómo están de contentos en el partido por lo sucedido el martes. Hombre acostumbrado a sufrir en silencio las derrotas y a soportar las desavenencias internas en el partido y la falta de interés que ha reinado durante tantos años en la sede de la calle Daoíz, dice que no quiere lanzar las campanas al vuelo... Pero que se han dado cuenta de que existe un cambio. Y, como hombre de la mar que ha sido, cree que empiezan a soplar vientos alisios para el socialismo.

Mi veterano interlocutor, que ha sido además experto buceador, me dice lo siguiente: "Mira, Manolo, estoy convencido de que en estas elecciones generales, además de que no habrá mayorías absolutas, va a resultar muy difícil lograrla incluso mediante pactos entre dos partidos. Tengo más que asumido que habrá un gobierno a la italiana".

Y a mí sólo se me ocurre expresarme de tal guisa: de cumplirse tus vaticinios, querido amigo, que Dios nos coja confesados.