Los martes suelo yo darme un garbeo por la ciudad. Es decir, que paseo lo justo por el centro y luego me refugio en los bares de la calle Jaudenes. Ni que decir tiene que siempre hallo a conocidos que desean charlar conmigo y de esa interrelación salimos informados. Y es que en ese tú me cuentas y yo te cuento, y así hasta ir ahondando en asuntos de actualidad, ambas partes logramos saber un poco más de cómo se las gastan los políticos.
Los políticos son peligrosos. Muy peligrosos. Lo cual es algo que ya propalaba Voltaire: "La forma ideal de gobierno es una democracia templada de asesinatos". Asesinatos políticos que dan categoría a quien los comete. Lo cual no es una tarea difícil. Basta una frase corta en el sitio propicio para guillotinar a un compañero que estorba. Lo cual no deja de ser un crimen sin derramamiento de sangre.
Me dice quien conversa conmigo en la plaza de la Constitución: "El único perro que come carne de perro es el político". Quien así se expresa es alguien que mantiene muy buenas relaciones con Paco Márquez. Y, claro, como yo no digo ni pío ese alguien manifiesta que, de momento, su amigo mantendrá un silencio sepulcral; pero que nadie piense que hará de 'Belinda' hasta el fin de sus días. Que la política no es terreno propicio para la amistad.
Mi interlocutor espera que yo le diga que tiene toda la razón del mundo. Que no hay derecho a que su admirado Paco Márquez haya sido defenestrado a sangre fría. Pero a mí me da por permanecer en silencio. Lo cual aprovecha él para decirme que su amigo se ha pasado de serenidad y buen estilo,. pensando que ese comportamiento tendrá la consiguiente recompensa muy pronto. Actitud equivocada, según quien me habla.
Pero a mí se me ocurre responderle al seguidor incondicional de Márquez que a éste a lo mejor le viene más que bien tomarse un respiro para pensar detenidamente si le conviene seguir viviendo entre la mierda, luchando para no confundirse con ella, o bien volver a la milicia. Porque si hay algo que decir de quien fue diputado es que no necesita la política para vivir.
En fin, que no dudo cerrar la conversación de tal guisa: quien más manda en esta ciudad es nuestro alcalde. Y si él ha creído conveniente prescindir de Paco Márquez, y éste se ha achantado, será porque tiene asumido que rebelarse contra Juan Vivas es, además de contraproducente, un error que puede ocasionarle disgusto más grande que el que le ha provocado quedarse sin ser candidato al Congreso. O sea.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Comenta mis escritos ,pero desde el respeto.
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.