Blog de Manolo de la Torre


Entrenador de fútbol, ha ejercido la profesión 19 temporadas. Escritor en periódicos,
ha publicado una columna diaria, durante dos décadas, en tres periódicos ceutíes.

sábado, 3 de octubre de 2015

Derrota del Barcelona en Sevilla

Tengo asumido que aprenderse de memoria la alineación del Sevilla es tanto o más difícil que el equipo hispalense gane la Champions League. De entre todos los nombres raros de los futbolistas pertenecientes al conjunto de Nervión, Krohn-Dheli es el más fácil de pronunciar. Será por eso que a mí me pareció el mejor jugador del Sevilla, superado solamente por Gameiro y seguido por Iborra.

Kevin Gameiro fue en todo momento un quebradero de cabeza para el Fútbol Club Barcelona. El jugador francés dejó en evidencia a todos los defensores azulgrana. Los llevó por la calle de la amargura. Ora desmarcándose hacia las bandas, ora yéndose hacia atrás para enlazar con Iborra, ora para acercarse a Krohn-Dheli y crear jugada. Lo cual no fue suficiente para que los sevillistas obtuvieran renta alguna. Es más, pudieron ser los visitantes los que se adelantaran en el marcador. Pero el balón se paseó por la línea de gol haciéndole, incluso, una cuchufleta a Gerardo Piqué. Quien sigue estando malquisto en casi todos los estadios españoles.

Todo cambió en la segunda parte.  Los sevillistas presionaron más arriba e hicieron un cuarto de hora sensacional. Marcaron dos goles y creyeron que el partido estaba sentenciado. Y lo estaba. Pero el entrenador del Sevilla se empeñó en que no fuera así. Y a punto estuvo de sucederle a su equipo lo mismo que le ocurrió al Bayer Leverkusen, fechas atrás.

Unai Emery cometió el mismo error que el técnico alemán Roger Schmidt. Éste sustituyó a Chicharito, que estaba sacando de sus casillas  a los centrales del Barcelona, por un tal Stefan Kiebling. Tan corpulento él como lento. Y a partir de ese momento los jugadores del Barcelona vieron el cielo abierto. Pues a partir de entonces se vieron libres de obligaciones defensivas y pudieron darle un segundo aliento a todas las líneas. Y lograron la victoria.

Llorente hizo de Stefan Kiebling. Su salida al terreno de juego dio alas a los hombres de Luis Enrique. Y éstos pasaron de dominados a dominadores y a punto estuvieron de cambiar el resultado. Lo impidieron los palos y un Sergio Rico inspirado. Llorente no está para jugar en un equipo donde contraatacar sea una medida imprescindible. Su lentitud es de las que causan bochorno. Está en el ocaso de su carrera. Y no para ser el delantero centro que necesita un equipo como el Sevilla.

Fútbol Club Barcelona. Cabe decir cuanto antes que sin Leo Messi no es ese equipo que mete miedo. Por más que Neymar se esfuerce para que no se eche de menos al argentino. Cierto es que el brasileño, y decir lo contrario sería injusto, jugó un magnífico partido. Pero no hace milagros. Y lo peor es que el Barça perdió frente a un rival que dio muchas facilidades. En principio, porque  no está en su mejor momento de juego. Y luego, claro está, por lo dicho más arriba: fue salir Llorente al campo y hundirse el Sevilla. Llorente es un cuerpo extraño en el Sánchez Pizjuán.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Comenta mis escritos ,pero desde el respeto.

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.