Blog de Manolo de la Torre


Entrenador de fútbol, ha ejercido la profesión 19 temporadas. Escritor en periódicos,
ha publicado una columna diaria, durante dos décadas, en tres periódicos ceutíes.

jueves, 24 de septiembre de 2015

El portavoz echa gasolina al fuego

Si quien preside el Gobierno de la Ciudad hubiera tenido dos dedos de frente, que es lo mínimo que se puede tener para pensar medianamente bien, el "caso Loma Colmenar" nunca se habría producido. Sentarse con Antonio López y charlar distendidamente con él- pues no en vano éste había estado la tira de tiempo haciendo y deshaciendo como viceconsejero del asunto-, era lo que procedía.

Pero nuestro alcalde tuvo más orgullo que don Rodrigo en la horca (se dice de la persona que se enfrenta con arrogancia y sin decaimiento de ánimo a situaciones incómodas e impropias de su educación y naturaleza) y decidió que lo que merecía el tal López era una ración de desprecio y sobre todo enterarse de quién sigue siendo la persona más poderosa de esta ciudad. Por si algún amigo importante de AL, convertido en asesor, le había hecho pensar lo contrario al hombre que se sabe de memoria vida y milagros de cuanto ha venido aconteciendo en EMVICESA desde tiempo inmemorial.

Quien más manda en esta ciudad, el hombre a quien le crujen las rodillas, cometió un error imperdonable al creerse que López carecía de sentimientos y de arrestos. Y decidió tomarse sus palabras a chufla. Y, no conforme con eso, tal vez dejó caer entre bastidores que Antoñito era un vaina con pedigrí. Un niñato de chichinabo. Un don nadie en toda la extensión de la palabra. Denuestos que tardaron nada y menos en ser propalados por los corifeos de turno.

Así que AL, nada más enterarse  de lo que se decía de él, sacó a relucir la casta justa para hacer posible que mucha gente corriera con el trasero apretado en busca del olivo para taparse. Que es como también se conoce la barrera en la jerga taurina. Y, desde entonces, el presidente de la Ciudad está pasando el quirinal. Un mal trago, vamos. Ya que lo ocurrido con las irregularidades de las 317 viviendas de Protección Oficial de Loma Colmenar es un baldón para cuantos hayan participado en esa chapuza.

Chapuza -que no deja de ser un eufemismo piadoso por mi parte- que no acepta el portavoz del Gobierno de la Ciudad y consejero de Presidencia, quien en vez de hacerse notar por su buen talante, con verbo fácil y seductor, decidió echarle la culpa a los medios de comunicación por el tratamiento que le están dando al ya reseñado "caso Loma Colmenar" Y de paso puso al ex viceconsejero como chupa de dómine.  Es decir, que Jacob Hachuel ha optado por seguir echándole gasolina al fuego de las viviendas.

Leyendo las declaraciones arrebatadas del portavoz del Gobierno, se me viene a la memoria lo que Descartes consideró que dos factores contribuyen a avanzar: ir más de prisa que los demás o ir por el buen camino. El buen camino, señor portavoz del Gobierno y consejero de la Presidencia, consiste en esperar a ver lo que decide el juez que lleva el caso y darle gracias a quien corresponda si el Gobierno sale bien parado judicialmente de semejante lío. Pues moralmente, créame señor portavoz, no lo logrará nunca. Ni el Gobierno ni Caballas. Por más que Mohamed Alí  ponga el grito en el cielo a destiempo. Lo cual  me permite decir: "A buenas horas mangas verdes".


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