Blog de Manolo de la Torre


Entrenador de fútbol, ha ejercido la profesión 19 temporadas. Escritor en periódicos,
ha publicado una columna diaria, durante dos décadas, en tres periódicos ceutíes.

sábado, 12 de septiembre de 2015

Chelsea, Madrid y Barcelona

Everton-Chelsea. El equipo londinense hizo la temporada pasada una primera vuelta sensacional. Dejó a sus rivales noqueados cuando aún quedaba medio Campeonato. Sin embargo, en el tramo final de la competición el Chelsea dio muestras palpables de una lentitud apabullante. Y uno, que seguía todos sus partidos, creyó que se debía a una dejadez por saberse ya sus jugadores ganadores de la Premier League. En suma, los futbolistas dirigidos por Mourinho decidieron jugar andando en los últimos partidos. Y andando han comenzado esta temporada. Y así les va de mal.

Mourinho, cuando menos lo esperaba, se ha encontrado con que tiene que afrontar uno de los retos más importante de su carrera: cambiar el rumbo de un equipo cuyos miembros carecen de sentido de anticipación, fuerza, y velocidad física y mental. Así que los rivales se ensañan con los laterales, Ivanovic y Azpilicueta, entrando por las bandas como si fueran todos Usain Bolt. Los volantes defensivos, tanto Matic como Mikel o cualquier otro, trotan por el césped y los contrarios los desbordan con el mínimo esfuerzo, de modo y manera que gozan de muchas posibilidades de gol. Fábregas ha perdido la lucidez de otrora para enlazar con un Diego Costa venido a menos. Y, por si fuera poco, a Hazard lo marcan al hombre y han logrado disminuir sus habilidades y su peligro de gol. Pedro, cuyo debut fue extraordinario, ahora no hace sino correr como un pollo sin cabeza. Es el momento en el cual Mourinho ha de dar la talla como técnico, una vez más, para salir del embolado en el cual se ha metido. El Everton ganó merecidamente.

Español-Madrid. El Madrid se ha paseado por Cornellá. Y lo ha hecho jugando bien, muy bien, la verdad sea dicha. Me agrada sobremanera la posición en el campo de Bale: situado sobre el medio volante defensivo del rival, tratando de estorbarle, y en cuanto le arrebata el balón se dispara hacia la portería. Los cinco goles de Cristiano, al margen de las facilidades que le puedan haber dado sus marcadores, han sido posible porque ha sabido estar en el sitio justo, durante todo el partido. A ver si con esos goles el portugués consigue la tranquilidad necesaria para rendir plenamente.

Casemiro y Modric se hicieron dueños de la zona vital del medio campo. Detalle que conviene destacar: cuando Modric se vio sometido a un marcaje específico, inmediatamente cedió su sitio a Casemiro y se ladeó a la banda izquierda, desde la cual siguió creando y manifestándose como lo que es: uno de los mejores futbolistas de nuestra Liga. Keylor Navas se lució en tres o cuatro ocasiones. Sergio Ramos e Isco desentonaron en un partido donde todos sus compañeros rayaron a gran altura. El Madrid puede y debe ir a más. Ya que su plantilla es tan amplia como extraordinaria.

Atlético-Barça. Llevo ya mucho tiempo diciendo algo que no deja de ser una perogrullada: el Barcelona sin Messi no sería capaz de ganar nada. Hoy se ha vuelto a demostrar que el equipo azulgrana lo necesita mucho más, pero mucho más, que el Madrid a Cristiano. Sin la estrella argentina en el césped, el Atlético de Madrid parecía que podía ganar el partido. A pesar de que el equipo de Simeone no está para tirar cohetes. Cierto que el Atlético seguirá siendo un equipo rocoso y, por tanto, muy difícil de batir. Pero, actualmente, su juego deja mucho que desear.

El Niño Torres, que alguna vez crecerá y se hará adulto, digo yo, de no haber metido el gol, seguramente no nos habríamos enterado de que estuviera jugando. Pero como tiene a la prensa a su favor, cuanto hace o dice es destacado en grandes titulares. Y para bien de él. Casillas llegó a decir de Torres que es un jugador sobrevalorado. Claro que Torres, al enterarse, diría aquello de mira quién va hablar... Sergi Roberto, a quien ya destaqué cuando sustituyó a Alves en Bilbao, cito de memoria, ha vuelto a evidenciar otra vez que terminará siendo un extraordinario lateral. Si no lo es ya. En cuanto al partido en sí, insisto: de no haber jugado Messi, el encuentro podría calificarse de soporífero.

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