Blog de Manolo de la Torre


Entrenador de fútbol, ha ejercido la profesión 19 temporadas. Escritor en periódicos,
ha publicado una columna diaria, durante dos décadas, en tres periódicos ceutíes.

jueves, 3 de septiembre de 2015

Apellidos con C

Carretero (Jesús). Catedrático de griego. Escritor en periódicos. Abulense que ha vivido gran parte de su vida en Ceuta. Tengo a Jesús en gran consideración. JC sigue viviendo el fútbol con el entusiasmo de siempre. Que ya es entusiasmo. Hoy, precisamente, me ha llamado para comunicarme que se ha jubilado. Que a partir de ahora empieza una nueva vida. Y yo, como no podía ser de otra manera, le he deseado que logre adaptarse cuanto antes a esa falta de ocupaciones de cada día y, naturalmente, a la disminución de los ingresos, que, en un momento como el que estamos viviendo, hace que la vida sea más dura.

Cervantes (Pepe). Guardameta de la Agrupación Deportiva Ceuta a finales de los setenta y principios de los ochenta. Nuestra amistad databa de mucho antes de que yo viniera como entrenador a esta tierra. Era un portero extraordinario, y como persona jamás me dio motivos para no darle muy buena nota. Muchas noches iba a verme al Pub Tokio, cuando yo regentaba dicho local, y allí nos poníamos a conversar. De Pepe Cervantes se contaban muchas historias. Eso sí, las mujeres que frecuentaban el Rincón del Hotel La Muralla se inquietaban en cuanto lo veían llegar. Todas reconocían, abiertamente y en un santiamén, que el personaje, pues lo era, se metía por los ojos y que su parecido con Paquirri, el torero, era cada vez mayor. Estaba considerado como un artista del burle. Lo que demostraba a cada paso en el Centro de Hijos de Ceuta. Luego, cuando terminaba de contar las pelas obtenidas, invitaba a los perdedores a Chiva y Cohíba. Fue traicionado, en cierto momento, de mala manera. Y yo he estado siempre seguro de quién fue El Judas que logró ponerlo en grandes apuros.

Cordero (Jesús). Maestro. Está en posesión del título de entrenador nacional de fútbol. No ha ejercido nunca tal menester. Pero el carné está guardado en el cajón de su mesita de noche, y a cada paso le saca lustre. Bromas aparte, sólo me cabe decir que es un tipo extraordinario, con quien charlar es un placer. Hubo un tiempo en el cual cada día, en la tertulia de la que éramos asiduos, daba una conferencia sobre la Historia de España. Y, cuando tomaba la palabra, los contertulios quedábamos sometidos a la ley del chitón y punto en boca. Se sabía de memoria los nombres de reyes, de nobles, de validos y de todas las batallas habidas y por haber. E hilvanaba fechas históricas con la misma facilidad que se bebía tres o cuatro catavinos de fino. A mí se me representaba al típico empollón, al memorista por excelencia, al primero de la clase. Ahora bien, cuando hablo de él, siempre digo lo mismo: Jesús Cordero contaba las cosas más que bien. No tengo la menor duda de que seguirá siendo, en sus ratos de ocio y entre amigos o conocidos, un narrador extraordinario.

Cordero (José Luis). Maestro. Abogado. Y sobre todo una persona excelente y que es capaz de pasarse las horas muertas debatiendo sobre cualquier asunto. A José Luis lo suelo yo ver de higos a brevas. Ya que lleva muchos años viviendo en tierras malagueñas. Si bien recibo sus llamadas telefónicas en momentos concretos. Culto, leído, campechano, con enorme sentido del humor, y amante del buen yantar y de formar parte de cualquier corrillo donde se pueda disentir de algo que llegue con la vitola de verdad absoluta. A José Luis Cordero la suerte le ha sido esquiva en muchos momentos. Es algo que me consta y que lamento muchísimo. Tengo el mejor concepto de él.

Cuesta López (Cayetano). Jugador de fútbol. Funcionario del Estado. Y autor de dos libros. Fue nacido en Ceuta, el 29 de enero de 1934. Alejandro Sevilla nos presentó en la piscina del Parador Hotel La Muralla, hace ya varios años. Y, como congeniamos en un suspiro, raro era el día en que no hablábamos de la vocación de escribir y,  por supuesto, de fútbol. Lo que yo no sabía es que Cayetano López estaba ya enfermo de gravedad. Así que la Parca le estaba rondando. Antes de producirse el óbito, tuvo la gentileza de enviarme "Vivencias de mis pueblos". Libro que le fue editado, en su momento, gracias al buen hacer de Mabel Deu.

Conejo (Alfonso). Funcionario. Aunque lleva ya su tiempo disfrutando de su bien ganada jubilación. Estuvo ejerciendo la política activa en el gobierno presidido por Jesús Fortes y también con Juan Vivas. Y a fe que lo hizo bien. Poco dado a los dimes y diretes, debo decir que el afecto que le tengo se lo ha ganado a pulso y  en momentos determinados. Es un buen tipo. Sin duda alguna.





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