Blog de Manolo de la Torre


Entrenador de fútbol, ha ejercido la profesión 19 temporadas. Escritor en periódicos,
ha publicado una columna diaria, durante dos décadas, en tres periódicos ceutíes.

viernes, 14 de agosto de 2015

José Antonio Viera

Profesor de Enseñanza Secundaria, nacido en Villamanrique de la Condesa (Sevilla). Decidió hacerse entrenador de fútbol y comenzó su carrera en los equipos juveniles del Sevilla. Como profesional entrenó al Jerez Deportivo, Algeciras y Linares, entre otros equipos, hasta que en 1981 se dio cuenta de que su futuro estaba en la política. Así que se afilió al PSOE donde medró lo suficiente para ocupar todos los cargos habidos y por haber.

Alguien me preguntó, no ha mucho tiempo, si yo conocía a José Antonio Viera, y le dije que sí. Que lo hube de sufrir cuando era entrenador de fútbol. Y ese alguien siguió inquiriéndome al respecto: "¿Y cómo se puede llegar de entrenador de fútbol a ser delegado del Gobierno en Andalucía?". Y a mí se me ocurrió contestarle de igual manera que lo hiciera Juan Belmonte, ante pregunta similaren relación con un banderillero suyo, que llegó a ser Gobernador Civil en su época: "Pues degenerando, degenerando".

De Viera voy a omitir las malas acciones cometidas como entrenador de fútbol, cuando tenía las mejores relaciones con los distintos organismos futbolísticos andaluces, residenciados en Sevilla. Eso sí, no me resisto a contar la siguiente anécdota que le deja bien retratado y que me tocó vivir en su momento.

Manolo Ruiz-Sosa era entrenador del Jaén -Segunda División A- en la temporada 77-78, y me telefoneó un día para invitarme a comer en Linares, en establecimiento muy conocido porque su propietario gustaba de hacer amigos entre la gente del fútbol y del toro. Y no dudé en decirle:

-Manolo, ¿cómo se te ocurre pedirme que vaya desde El Puerto de Santa María a Linares para participar en una comida entre amigos? Pero Ruiz-Sosa era como era y terminó por convencerme. Así que al día siguiente me presenté en el sitio de marras y allí estaba ya, además del anfitrión, un directivo muy destacado del equipo linarense y su entrenador: un Viera muy estirado a quien daban ganas de mandarlo allá donde el viento da la vuelta.

El Linares era entonces el primer clasificado de su grupo en Segunda División B, y el domingo siguiente le tocaba viajar a Onteniente: equipo que estaba pasando por un momento complicado en lo deportivo, a pesar de que contaba con muy buenos jugadores. El campo del Onteniente, además, siempre había gozado fama de ser complicado para sus rivales. Ruiz-Sosa, que sabía más que Lepe, transcurridos unos minutos de cháchara, me puso el toro en suerte, dirigiéndose a Viera:

José Antonio, el domingo a chupar del bote en Onteniente, ¿no?

Y Viera, todo finchado y mirando por encima del hombro a los presentes, se expresó así:

-En Onteniente montaré un sistema táctico para asegurarnos, al menos, el empate a cero.

Dicho lo que había dicho, y convencido de que había sentado cátedra, el entrenador del Linares se quedó tan pancho. Mientras Ruiz-Sosa me incitaba con gestos a que yo me pronunciara. Y a punto estuve de hacerme el sueco. Pero, al fin, decidí que la majadería de Viera precisaba una respuesta. Y le pregunté:

-¿Has estado tú muchas veces en el campo del Onteniente? ¿Conoces a los futbolistas que están actualmente en ese equipo?

Viera respondió con displicencia que le daba igual cómo fuera el campo o el rival... Que él tenía la buena costumbre de no fijarse jamás en los contrarios.

Y a mí me dio por decirle: "Mira, José Antonio, en principio, yo no no sé cómo es posible plantear un partido para empatar a cero. Y, desde luego, me voy a permitir avisarte de algo que tú a lo mejor desconoces: si al Onteniente, que está necesitado de puntos, le sale un buen partido, puede incluso marcarle cuatro o cinco goles a cualquier equipo.

El Onteniente ganó aquel partido por seis a cero. Manolo Ruiz-Sosa me llamó por teléfono y me dijo que, como pronosticador bien podía ganarme muy bien la vida, y nos reímos muchísimo durante la conversación. El Linares, a partir de ese derrota en el campo valenciano, perdió el oremus durante varios partidos y a Viera, tan pagado de sí mismo, le dieron la boleta.

Nota: José Antonio Viera está imputado por el TS de Justicia.





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