Blog de Manolo de la Torre


Entrenador de fútbol, ha ejercido la profesión 19 temporadas. Escritor en periódicos,
ha publicado una columna diaria, durante dos décadas, en tres periódicos ceutíes.

viernes, 21 de agosto de 2015

El tema del fútbol

Es el título de un artículo escrito por Miguel Delibes en 1982. Y he aquí el primer párrafo: "Hace unas semanas publiqué un intrascendente artículo de fútbol y puedo asegurar que en treinta años corridos que llevo en este oficio de emborronar cuartillas nunca un trabajo mío ha desencadenado un tan abundante número de réplicas y correspondencia como en este caso, lo que quiere decir que, al margen de la liberación que pudo representar para algunos este deporte durante la represión de la dictadura, el fútbol, en cualquier circunstancia política, constituye la pasión dominante para no pocos españoles".

Treinta y tres años después, la pasión dominante del fútbol para no pocos españoles, cantada por el gran Delibes, no es que se haya mantenido intacta sino que ha ido a más, a muchísimo más; hasta el punto de que es posible asegurar que el comienzo de la presente Liga BBVA está ya influyendo en el ánimo de la gente que sigue sometida a la dureza de un verano que será recordado por las altas temperaturas.

Málaga y Sevilla, cuando estas líneas vean la luz, habrán competido ya, o tal vez estén aún jugando los últimos minutos de un partido que, durante las últimas temporadas, le ha sido siempre favorable a los hispalenses. Parece ser que en la Rosaleda los hombres de Unai Emeri juegan como en casa o mejor todavía. Eso sí, la buena nota que han venido obteniendo los futbolistas del Sevilla en el césped, a veces ha quedado empañada por el mal comportamiento de sus aficionados.

En los tiempos de la dictadura, el mal comportamiento de los aficionados en los campos se toleraba, hasta cierto punto, porque semejante desahogo permitía a la gente olvidar las penurias de la posguerra y sobre todo aliviaba la tragedia de los vencidos. Puesto que la paz, tan necesaria como celebrada, no fue igual para todos. Y el fútbol servía de válvula de escape. Es decir, para rebajar la tensión de quienes estaban sometidos a un mal vivir.

Malos modos ha habido siempre en el fútbol; por ser un espectáculo de masas, en el que los aficionados se sienten absolutamente identificados con sus equipos y no conciben más que ganar y ganar y ganar. Y lo mismo arman la de Dios es Cristo con la euforia de la victoria que mediante la depresión por la derrota. Ahora bien, ¿será verdad lo que se me ha apuntado por parte de una autoridad competente y relacionada con el asunto?: "Los altercados en los campos se vienen produciendo en mayor medida a raíz de la crisis económica. Y es que la gente responde a cualquier provocación..., a media vuelta de manivela".

Y a uno, como ustedes comprenderán, ante la opinión de quien debe saber del asunto, sólo le cabe decir amén. Ojalá, eso sí, que Málaga y Sevilla jueguen un gran partido. Y que los aficionados, de uno y otro equipo, gane quien gane, no se salgan de madre en el comienzo de una Liga, la española, de la cual dicen que es la mejor del mundo. Yo no sé si será la mejor. Pero a chovinista no nos gana nadie.


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