Apuntes de mis lecturas

Montesquieu dijo que nunca tuvo un disgusto que una hora de lectura no se lo hubiera quitado. Demostración evidente de que era un hombre perfectamente equilibrado. Con disgusto, con cualquier disgusto que me afecte de verdad, yo me siento incapaz de centrarme en un ejercicio tan difícil como es el de leer. Leer es un ejercicio de atención. De suma atención. Y si no puedes prestársela, llegan las distracciones y la lectura no tiene sentido.

Yo suelo leer tomando nota de cuanto despierta interés en mí. Y hasta hago un alto en el camino cuando aparece esa palabra que desconozco, o esa metáfora que no acierto a comprender, con el fin de estudiarlas. Lo cual supone estar siempre alerta y, por tanto, llega un momento en que uno ha de cortar de raíz tanta entrega para que el placer de leer no se convierta en un castigo. Pero créanme que tardo nada y menos en volver a las andadas.

Los apuntes de mis lecturas son muchos, muchísimos; y no pocas veces me dedico a releerlos con afán desmedido. Hoy lo he hecho y  he espigado algunos que empiezan por la letra ( i).  Y he decidido publicarlos para no darles a ustedes la barrila sobre los políticos locales. Que tiempo habrá, cuando las temperaturas desciendan, de insistir acerca del 'caso Loma Colmenar'; que al paso que va la cosa, puede acabar como el Rosario de la Aurora. Empezamos:

Idiotas. Son muy dados a revestirse de indignación moral. Estrategia con la que intentan dotarse de dignidad.

Imaginación. El vicio de nuestras instituciones consiste en no tener nada que hable a la imaginación. Sólo mediante ella puede gobernarse al hombre; sin la imaginación, éste es un bruto (Napoleón).

Injusticia. La injusticia proporciona poderosas razones para vivir y luchar. Es un sentimiento que hiere pero que pone bálsamos en la herida.

Indiferencia. Cuando de pronto no me importa una cosa, es como si no me hubiera importado nunca. Hasta el punto de que la indiferencia al respecto me parece placentera.

Inteligencia. Unamuno pensaba, como Bergson, que la inteligencia no es apta para entender la vida. He aquí, por tanto, una opinión para ser debatida.

Intuir. Dice el diccionario, en su primera acepción: conocer (algo) de manera inmediata, sin razonamiento. La mujer, entre otras capacidades, está demostrado que tiene, por ejemplo, la capacidad de intuir más desarrollada que la del hombre. Cuenta, pues, con ese llamado "olfato" que a veces hace que parezca bruja. Un amigo mío, especialista en el tema, dice, cuando viene al caso, lo que sigue: "Raramente he encontrado en mi experiencia profesional a una mujer que no se diera cuenta de que su marido la estaba engañando, aunque se tratara de algo pasajero, mientras es corriente encontrar maridos que ignoran completamente las relaciones extraconyugales de sus mujeres, aunque duren años".

Ira. Produce un dolor corporal: la garganta duele, asimismo la espalda y la cabeza, causa tensión y rigidez. Estoy convencido de que la ira es corrosiva. Hay que usar todas las energías posibles para controlarla.