Un amigo mío (que anda sobrado de pensar bien, dice, cuando lo cree conveniente, que sí, que es más fácil ser hombre que mujer. Lo mismo que es más fácil ser guapo que feo, sano que enfermo, inteligente que estúpido) me llama para contarme lo siguiente: "He visto la Copa América y una vez más, viendo jugar a Vidal, futbolista chileno, perteneciente al Juventus italiano, me he acordado de ti. Pues hace tres años que escribiste de él como gran jugador para el Madrid. Si bien anticipaste que, careciendo de esa belleza masculina que tanto gusta entre los dirigentes madridistas, nunca lo veríamos vestido de blanco.
Cierto, amigo; es verdad que hace mucho tiempo opiné que el tal Vidal gozaba de la mejor condición para darle carácter al medio campo del Madrid. Pero pronto caí en la cuenta de que ni su pelado, ni sus tatuajes, ni su forma de gesticular, ni de vestir ni de expresarse estaban -ni están- en consonancia con el código estético imperante en el Madrid. Donde, amén de las cualidades futbolísticas, se busca que los jugadores sean lo más parecido al David de Miguel Ángel. Lo cual no significa que algunos futbolistas, sin dar esa talla de "Adonis", no hayan pasado la criba. Y no hace falta poner ejemplos.
Hace días, en cuanto se anunció el posible interés del Madrid por Vidal, Tomás Roncero -Diario As- manifestó con celeridad que el estilo y la forma de ser del chileno no encajaban en el Madrid. Le faltó decirnos que el cupo de feos estaba cubierto ya con Fulano, Mengano y Zutano. Así que mucho me temo que Vidal, uno de los grandes jugadores mundiales en esa zona vital del medio campo, no vuelva a pisar el Bernabéu si no es para lucir sus portentosas cualidades con su equipo. Las mismas que sirvieron para eliminar a los madridistas de la Champions League.
Tomás Roncero, a quien en un partido Madrid-Bayern, correspondiente a la Champions League, lo vi llegar al estadio Bernabéu disfrazado de wikingo -adefesio en estado puro-, debería entender que si en el periodismo, además de escribir aseadamente y de andar sobrado de conocimientos, se exigiera también ser más o menos un calco de aquel Troy Donahue, actor estadounidense que desataba pasiones entre las féminas, entre los cincuenta y los sesenta del siglo pasado, tanto él como Alfredo Relaño estarían en la cola del paro.
A propósito, hablando de Relaño, a ver si éste es capaz de contarnos, cuanto antes, algo sobre el favor envenenado que trata de hacerle Julen Lopetegui al Madrid, aireando que desea a Casillas en el Oporto; equipo entrenado por el guipuzcoano. Eso sí, a precio de saldo. Ya que seguramente querrá que Florentino Pérez le pague la casi totalidad de los dineros correspondientes a las dos temporadas que aún le quedan a Casillas en el Madrid. Lo cual puede hacer que la noticia adelantada por TVE se quede en agua de borrajas. Y así. el mostoleño podría presumir de que lo quería un club de los grandes de Portugal y el Madrid abortó la operación
Ahora bien, si el asunto cuaja, el entrenador del FC Oporto, Julen Lopetegui, caería en su propia trampa. Teniendo que soportar durante toda la temporada a un portero acabado y repleto de resabios. Menos mal que en la liga portuguesa, Benfica, Oporto y Sporting de Lisboa pueden ganarles a los demás equipos jugando, incluso, sin nadie en la portería.
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