"Diferentes" no significa "inferiores". En este punto, las ideas feministas han triunfado realmente, decía Cristina Collange; autora de No es fácil ser hombre, libro publicado en 1989. ¿Quién se atrevería a afirmar todavía que las mujeres son menos inteligentes, dotadas, creadoras, hábiles y artistas que los hombres? -se preguntaba la escritora francesa cuando aún estábamos en el siglo XX.
En rigor, todo el mundo reconoce, y los hombres los primeros -lo cual no quiere decir que no siga habiendo machistas recalcitrantes-, que las desigualdades que subsisten entre los sexos están relacionadas con las condiciones, no con las capacidades. De ahí que las mujeres estén triunfando cada vez más en todas las actividades que desempeñan.
Y lo hacen, además, a lo grande; debido a que están en posesión de una serie de cualidades que les proporciona una inmejorable condición. Aunque conviene recordar, por ser de mucha importancia, que no hay peor machismo que dejar sin respuesta cualquier error cometido por una mujer, por el mero hecho de serlo. Así que vayamos al meollo de la cuestión que hemos elegido hoy para darle vida a este espacio.
Montse Seara, que así se llama la mujer del entrenador del Madrid, Rafa Benítez, dijo en una entrevista que "iban arreglando los entuertos que deja Mourinho". Así que la señora se metió en un lío sin venir a cuento. Una metedura de pata que puede hacerle perder a su marido la concentración en el trabajo que viene realizando en el Madrid.
José Mourinho, como es lógico, le ha respondido a media vuelta de manivela: "Esta señora está confundida: su marido, cuando llegó al Chelsea fue para sustituir a Di Matteo y ahora que ha llegado al Madrid lo hace para sustituir a Ancelotti. La única vez que me sustituyó a mí fue en el Inter y en seis meses destrozó al mejor equipo de Europa". La guinda del pastel de las declaraciones de JM ha sido cuando le ha recomendado a Montse Seara que se preocupe más de la dieta de su esposo que de hablar de mí".
Magnífica ha sido la respuesta del entrenador del Chelsea. Que se rige por el sistema que empleaba mi recordado Jaime Campmany: "Yo doy, si me dan; nunca soy el primero...". En esa suerte, tan grande periodista, resultaba terrible porque entraba a matar recibiendo, a cuerpo limpio. Así lo ha hecho el entrenador portugués. Ah, no existe en el comportamiento de Mourinho, en defensa propia, un ápice de machismo. Quede claro para quienes suelen cogérsela con papel de fumar. Y perdonen la expresión.
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