Blog de Manolo de la Torre


Entrenador de fútbol, ha ejercido la profesión 19 temporadas. Escritor en periódicos,
ha publicado una columna diaria, durante dos décadas, en tres periódicos ceutíes.

sábado, 20 de junio de 2015

Patochada

La atención de este fin de semana está centrada en Nicolás Fernández Cucurull. Por haber sido designado delegado del Gobierno de esta ciudad. Nombramiento del cual tuvimos conocimiento el viernes por la noche. Su elección, según nos han dicho quienes están encargados de airear cuanto hace, dice y piensa nuestro alcalde, ha sido posible gracias a los buenos oficios ejercidos por éste ante el Gobierno de la nación.

El que nuestro alcalde haya sido valedor de Fernández Cucurull me parece muy bien. No en vano la persona beneficiada posee unas cualidades que le otorgan la mejor condición para desempeñar un cargo que exige mucha preparación y probidad. Como así lo escribí el jueves pasado. Pero lo que me parece improcedente es que se haya aireado esa intervención de nuestro alcalde ante los encargados de tomar decisión tan importante. Y, naturalmente, no deja de ser  una patochada destacar que el aval ha sido porque Juan Vivas estaba en deuda con su amigo Nicolás.

Lo ocurrido, pues, me permite redoblar el tambor sobre la necesidad que tiene la primera autoridad de la ciudad en contar con los mejores asesores. Asesores bien preparados y que puedan ejercer de psicólogos aficionados, por ser conocedores de la forma de ser del alcalde, sus debilidades y sus virtudes. Las cosas que le gustan y a las que pone límites. Así se evitarían comentarios tan desacertados como grotescos. Verbigracia: decirnos que Nicolás Fernández Cucurull es delegado del Gobierno gracias a que así lo ha querido su amigo Vivas. Y, por encima de todo, que tales asesores sean capaces de llevarle la contraria a nuestro alcalde si se empeña en errar.

Conociendo a Juan Vivas, como creo conocerlo, me permito asegurar que sus defectos de humano, como todos tenemos, nunca le han impedido reconocer que el amor propio y el sacar pecho siempre están por debajo del bien general. Y el bien general exigía en esta ocasión no dar pábulo a la maledicencia. Y mucho menos cuando España está viviendo un momento que si bien no se puede tildar de convulso tampoco son los mejores de nuestra cada vez más denostada democracia.

Por consiguiente, a qué venía propalar que Nicolás Fernández Cucurull es delegado del Gobierno porque Vivas estaba en deuda con él. Por haberse portado mal con él en su momento. Insisto: lo publicado me parece un despropósito. ¿Por qué?...: Porque esa etiqueta no se la va quitar nadie al delegado del Gobierno. Y, más pronto que tarde, veremos el uso de ella que harán los adversarios políticos.

En cuanto a Nicolás Fernández Cucurull,  me permito un consejo -aunque los consejos nunca son pagados ni agradecidos-: ya va siendo hora de que cuando le pregunten por el motivo que tuvo para participar en la política activa, hace ya bastantes años, se olvide del Grupo Independiente Liberal (GIL). Ya que no conviene, a estas alturas, mentar la soga en casa del ahorcado.

Me explico: mire a su alrededor y verá que los más furibundos gilistas, en su día, están ocupando cargos relevantes y empleos en la Administración gobernada por el PP. Ah, no tengo la menor duda de que usted será un magnífico delegado del Gobierno.





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