Arbeloa dijo dos días antes del partido que conocían los motivos por
los que el Atlético de Madrid les estaba ganando últimamente. Y que
estaban dispuestos a enmendar los errores cometidos en anteriores encuentros.
La primera parte del partido fue del Madrid. Porque su medio campo movió
el balón con tanta rapidez como acierto y los jugadores rojiblanco no
daban pie con bola. El propósito de la enmienda, pues, lo llevaron a cabo Kroos,
Modric y James. Y lo hicieron sacando a relucir la enorme calidad
que poseen y así fueron capaces de bajarles los humos a Koke, Gabi
y Suárez que no recibían ayudas ni de Arda Turan ni de Griezmann.
El dominio de los madridistas no se tradujo en goles porque
hay porteros muy buenos y Oblak demostró que es uno de ellos. El
esloveno se convirtió en la estrella de su equipo. Estuvo sensacional,
evitando, por tanto, la victoria del Madrid en la primera parte. El gran juego
de los volantes del Madrid, sin embargo, no encontró la colaboración necesaria
en sus delanteros. Mal Cristiano jugando por el centro. Se perdió en
regates y conducciones estériles que a nada conducen. También Benzema tuvo
una noche aciaga, y Bale, que empezó bien, acabó
desdibujado.
El Atlético anduvo a la deriva durante casi todo el primer tiempo. Mejor
dicho: durante los primeros cuarenta y cinco minutos. No me extraña que sus
jugadores enfilaran el camino de los vestuarios halagando a su portero.
Con absoluto merecimiento. Tan mal lo hizo el equipo de El 'Cholo'
Simenone que hasta pifiaron los saques de esquina. Ocasiones adecuadas
para haber puesto a prueba a un Casillas que daba muestras evidentes de
estar hasta las... trancas. Tuvo que ser Sergio Ramos, convencido
de que es el no va más de los centrales, quien con sus fallos pudo
cambiar el curso del partido y quien sabe si de la eliminatoria. Magníficos, en
cambio, Varane y Marcelo.
Tras descansar en los vestuarios, el Madrid ya no fue el mismo: Kroos,
Modric y James acusaron el esfuerzo y perdieron la situación y el dominio
del balón. Pero el Atlético de Madrid decidió perderse en conatos de guerra por
medio de Mandzukic, tras una herida en la nariz, y el descontrol del
croata contagió a sus compañeros. Así que los rojiblanco volvieron a
perder los papeles y no daban una a derecha. Y las veces que hilvanaban
un jugada aparecía el excelso Varane, mientras Ramos continuaba
metiendo la pata.
Llegaron los cambios por ambas partes. Se fue Benzema y entró Isco. Éste principió su actuación
perdiendo balones en zona peligrosa y se armó la marimorena por mor de Casillas.
En dos jugadas pudieron los jugadores atléticos salir ganadores y quizá dueños
de la eliminatoria. Casillas dio pena con unas intervenciones dignas de hacerle
que las vea tras el partido y que le sirvan para darse el piro. Para largarse
lo más lejos posible. A ser posible a los chirlos mirlos. ¡Qué horror! ¡Qué
espera este hombre de Dios para darse cuenta de que es un espantajo!.
En fin, que pudo el Madrid sentenciar la eliminatoria en el Calderón porque
fue muy superior a su rival en el primer tiempo y ligeramente mejor en gran
parte de la segunda mitad. Pero ni Cristiano rindió jugando por el
centro, ni Benzema tuvo su día, ni Bale supo mantener un ritmo de
juego constante. James, Modrid y Kroos estuvieron inmejorables.
Bien Marcelo y aseado Carvajal. Enorme Varane. Y muy
endeble Sergio Ramos. De Casillas... ¡ay, del ay, del alma
mía!
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