Blog de Manolo de la Torre


Entrenador de fútbol, ha ejercido la profesión 19 temporadas. Escritor en periódicos,
ha publicado una columna diaria, durante dos décadas, en tres periódicos ceutíes.

lunes, 23 de marzo de 2015

El Barcelona jugó con portero y el Madrid sin él

Hace nada escribí sobre la necesidad que tenían Barcelona y Madrid de dominar el medio campo, pues el 4-3-3 con que juegan los dos equipos, y donde sus delanteros estrellas ayudan lo mínimo a sus compañeros de la zona ancha, en el aspecto defensivo, les hace, a veces, pasarlas canutas ante equipos encopetados. Y peor aún  cuando el enfretamiento es entre ellos. Por parte del Madrid sólo se hablaba de que Bale era quien debía sacrificarse más para convertir el 4-3-3 en un 4-4-2. Y a fe que el galés lo intentó. Incluso perdió muchos minutos preocupado más de correr hacia atrás que de aprovechar sus cualidades para inquietar a los defensores azulgrana. ¿No habría sido mejor situarlo en la banda izquierda, como volante de verdad?

En lo concerniente al Barcelona, Messi comenzó el partido tratando de distraer la atención de Kroos y Modric. Con el fin de nivelar la contienda en zona tan vital como es la parcela central del campo. Pero se aburrió en cuanto marcó Mathieu, y se dedicó a pasearse por el césped. Y, claro, Kroos y Modric se fueron haciendo dueños del balón y del partido. Isco, sin embargo, tardó once minutos en tocar la pelota. El malagueño estaba en Babia,  aun cuando todo el Madrid funcionaba.  Y lo hacía gracias a que Benzema se sumó a la corriente de Marcelo, cuya velocidad, regates,  fintas y cambios de ritmo, enloquecían a Rakitic y, sobre todo, a Alves.

Pero antes de que principiara la fiesta madridista, pasaron cosas: la primera es que Casillas les entregaba el balón en los saques de puerta a los azulgrana. Tal vez sea daltónico. El balón iba siempre a los pies, al pecho o a la cabeza de Mascherano. Y el equipo se resentía de ese fallo. Dado que obligaba a sus jugadores a tener que correr para recuperarlo. Un desastre del que ni los comentaristas ni los glosadores dijeron ni pío. Ahí empezó a fraguarse el cansancio de los futbolistas visitantes. Tampoco conviene olvidar el mal momento de Sergio Ramos. Tan lento como empeñado en hacer lo que no sabe. El marcaje a Mathieu en el gol, me causó grima. Pepe tampoco anduvo fino.

Aun así, es decir, con tantas deficiencias, el Madrid, gracias a Modric y Kroos, Benzema, Marcelo y Cristiano, fue arrinconando al Barcelona hasta el extremo de que el Camp Nou enmudeció. Cristiano estrelló un balón en el travesaño; Bravo desvió un tiro del portugués que llevaba las del Beri; y tras fallar Neymar un tanto hecho, llegó el gol de CR. A partir de ese momento, el Madrid fue mejor y debió retirarse a descansar por delante en el marcador.

En la segunda parte, sucedió lo que se veía venir, dado que Casillas no está para jugar en el Madrid. Así que, una vez más, sus errores han castigado a su equipo. El segundo gol de los catalanes fue ignomioso. De juzgado de guardia. Casillas se venció a su lado izquierdo antes de que disparase Suárez, viendo que el gesto técnico del uruguayo era para chutar a donde lo hizo. Y se ve perfectamente que el portero del Madrid, además de estar mal colocado, se tira al revés para atajar el balón con los piés.

Bravo, en cambio, amén de saber jugar con los pies, paró lo que tenía que parar. En rigor, el Barcelona jugó con portero y el Madrid sin él. Lo que no deja de ser una enorme ventaja para cualquier equipo. Y qué decir si se trata del Fútbol Club Barcelona. La Liga se le complica al Madrid, que mereció mejor resultado en el Camp Nou. No obstante, yo, como madridista, de verdad, creo que Diego Simeone se estará frotando las manos de satisfacción  Ahí es nada saber que jugará una eliminatoria de Champions League, ya mismo, con un Madrid que ha decidido jugar sin nadie en la portería. Menuda bicoca.

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