Diego Simeone, apodado El Cholo,
ha conseguido algo que parecía una tarea muy complicada, más bien una
misión imposible: hacer que el Madrid juegue siempre acomplejado con el
Atlético de Madrid. Atenazado por las dudas. Es decir, no sólo sin saber
los jugadores madridistas cómo actuar para evitar la derrota, sino
que, además, tampoco pueden impedir que sus rivales se refocilen de
ellos. Lo cual es más indigirible que los descalabros continuados.
El entrenador del Atlético de Madrid era, como jugador, conocedor de todos los secretos del fútbol. No en vano creció jugando en lo que los argentinos llaman potrero (espacio de tierra utilizado como cancha de fútbol). Y en él aprendió todos los ardides posibles. Así que fue un futbolista sobresaliente -con mucho oficio- en equipos de alto copete y muy celebrado por sus técnicos. Si alguien lo duda no tiene más que darle un repaso al historial del jugador argentino.
Todo lo aprendido y visto en su larga trayectoria futbolística, lo ha aprovechado DS para convertir al Atlético en un bloque capaz de competir con los mejores equipos mediante dos cosas fundamentales: dando misiones concretas a sus futbolistas, adaptadas a sus condiciones, para así explotar las debilidades de sus adversarios. Debilidades que ha demostrado ya sobradamente saberse de memoria.
Diego Simeone, conocido popularmente como El Cholo Simeone, sabe más que Lepe. Y, desde luego, está evidenciando como entrenador, a cada paso, que es más listo que Cardona. Listo e inteligente. Que a veces no basta con pensar bien. De listo fue airear en su momento que el mejor jugador del Madrid era Iker Casillas. Sarcasmo que le permitieron los periodistas afines al portero madrileño, pese a que conocían la intención envenenada que llevaba el halago, debido a que el argentino goza de tirón entre los plumillas del deporte rey.
No conforme con haber propalado aquella burla sangrienta de Casillas y de todo el equipo, en su día, poco después se permitió Simeone el lujo de volver a las andadas, declarando de esta guisa: "Alguno se reía cuando dije que Casillas era el mejor del Madrid. Tan equivocado no estaba porque volvió a ser titular y ha conseguido el campeonato del mundo". Reincidente El Cholo zahiriendo al guardameta con ironía mordaz y cruel con la que trataba de ofender, otra vez, a todos los componentes de la plantilla merengue.
La burla cruel del entrenador del Atlético de Madrid quedó grabada en la memoria de los aficionados rojiblanco. Que han esperado su momento para hacer lo mismo que hizo El Cholo dos veces, fechas atrás: gritar "¡Iker, Iker, Iker!". Como cachondeo manifiesto ante el primer regalo del portero. Principio de una actuación deplorable de un guardameta sobreprotegido por una prensa que le está haciendo un daño enorme al Madrid. Ah, la penosa actuación del Madrid -en el Calderón- obliga a que Carlos Ancelotti, de una vez por todas, tome medidas radicales. Aunque sea a costa de perder el favor de la prensa.
El entrenador del Atlético de Madrid era, como jugador, conocedor de todos los secretos del fútbol. No en vano creció jugando en lo que los argentinos llaman potrero (espacio de tierra utilizado como cancha de fútbol). Y en él aprendió todos los ardides posibles. Así que fue un futbolista sobresaliente -con mucho oficio- en equipos de alto copete y muy celebrado por sus técnicos. Si alguien lo duda no tiene más que darle un repaso al historial del jugador argentino.
Todo lo aprendido y visto en su larga trayectoria futbolística, lo ha aprovechado DS para convertir al Atlético en un bloque capaz de competir con los mejores equipos mediante dos cosas fundamentales: dando misiones concretas a sus futbolistas, adaptadas a sus condiciones, para así explotar las debilidades de sus adversarios. Debilidades que ha demostrado ya sobradamente saberse de memoria.
Diego Simeone, conocido popularmente como El Cholo Simeone, sabe más que Lepe. Y, desde luego, está evidenciando como entrenador, a cada paso, que es más listo que Cardona. Listo e inteligente. Que a veces no basta con pensar bien. De listo fue airear en su momento que el mejor jugador del Madrid era Iker Casillas. Sarcasmo que le permitieron los periodistas afines al portero madrileño, pese a que conocían la intención envenenada que llevaba el halago, debido a que el argentino goza de tirón entre los plumillas del deporte rey.
No conforme con haber propalado aquella burla sangrienta de Casillas y de todo el equipo, en su día, poco después se permitió Simeone el lujo de volver a las andadas, declarando de esta guisa: "Alguno se reía cuando dije que Casillas era el mejor del Madrid. Tan equivocado no estaba porque volvió a ser titular y ha conseguido el campeonato del mundo". Reincidente El Cholo zahiriendo al guardameta con ironía mordaz y cruel con la que trataba de ofender, otra vez, a todos los componentes de la plantilla merengue.
La burla cruel del entrenador del Atlético de Madrid quedó grabada en la memoria de los aficionados rojiblanco. Que han esperado su momento para hacer lo mismo que hizo El Cholo dos veces, fechas atrás: gritar "¡Iker, Iker, Iker!". Como cachondeo manifiesto ante el primer regalo del portero. Principio de una actuación deplorable de un guardameta sobreprotegido por una prensa que le está haciendo un daño enorme al Madrid. Ah, la penosa actuación del Madrid -en el Calderón- obliga a que Carlos Ancelotti, de una vez por todas, tome medidas radicales. Aunque sea a costa de perder el favor de la prensa.